Seguramente más de alguna familia ha tenido en su cocina una o varias papas ‘pasadas’ con brotes y que igualmente cocinan al pelarlas y sacárselos, sin embargo, esto no sería lo más recomendable.

Así lo informó recientemente la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) de España, entidad que ha advertido del peligro de los glicoalcaloides, tóxicos naturalmente presentes en las papas.

En este contexto, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria determinó que consumir estos tóxicos puede producir molestias gastrointestinales como náuseas, vómitos o diarrea.

El organismo explica asegura que los glicoalcaloides son una familia de compuestos que, en el caso de la papa, la mayoría son la alfa-solanina y alfa-chaconina. La primera suele acumularse en mayor cantidad en aquellas zonas de color de verde de la papa o si tiene brotes.

He ahí que se aconseja no consumir las papas que tengan brotes a la vista ya que la concentración de este tóxico es mayor y, por ende, más potencialmente dañina.

Por lo anterior, la OCU recomienda solo comprar papas que se vayan a ocupar dentro de una o dos semanas, en vez de grandes sacos. Asimismo, indican que si en la feria o el supermercado ves papas con zonas verdes o algún brote, “no las cojas, ya sabes que allí se acumula más solanina”.

En cuanto a su almacenamiento, lo más recomendable es guardarlas en un lugar seco, bien aireado, fresco y sin luz. “La nevera no es un buen sitio para tenerlas, ya que el frío favorece la aparición de azúcares y se estropean”, indican.

Ahora bien, si acabas de leer esto y tienes en tu cocina papas con brotes, puedes utilizarlas quitando un centímetro cuadrado de pulpa alrededor a cada brote, sino es mejor que te deshagas de ella en un compost o en la basura.