Por estos días el harina se ha transformado en un producto esencial en muchos hogares de nuestro país tras el arribo de la pandemia.

Pero aunque forma parte importante de la despensa, pues permite que muchas familias tengan así el pan de cada día en su mesa, es importante tener en cuenta algunos detalles para conservarla en buen estado.

“La reglamentación técnico sanitaria de la harina dice: ‘Conservar en un lugar fresco, seco y aislado del suelo’. Se puede describir lugar seco como un sitio con una humedad relativa inferior al 80%, y un lugar fresco no puede superar los 20° C (mejor si es <18° C para que la calidad de la harina no disminuya)”, indicó Felipe Coletas, gerente de Farinera Albareda al portal Pan y Pizza.

En este sentido Coletas, enfatiza en que estas condiciones ayudarán a evitar la aparición de hongos.

“Tenemos que controlar la humedad del producto para evitar la proliferación de hongos filamentosos. Hay diversos estudios que han comparado distintos envases pero no se han encontrado diferencias significativas. Simplemente han concluido que lo importante en el almacenaje son las condiciones externas de humedad relativa y temperatura”, manifestó.

Por su parte Alex Bulau, de Farinera Coromina, recomendó el uso de bolsas de papel. “Nosotros utilizamos sacos de papel, sobre todo que no sea transparente, para evitar la exposición solar”.

Otra opción para mantener este producto en optimas condiciones para su uso, es congelarla, lo que permite su conservación por periodos superiores a un año.

“Con la congelación de la harina bajamos uno de los parámetros claves para que no aparezcan las larvas o insectos”, destacó Jordi Ylla Parareda, técnico comercial de Ylla 1878.

En caso de optar por esta última opción antes de utilizarla es importante atemperar, para que el gluten cumpla su función.