Existen diferentes tipos de mascarillas en el mercado, tanto higiénicas como quirúrgicas, y encontrar una ideal para tu tipo de rostro y que no provoque incomodidad para algunos parece ser un problema.

Por ello, antes de utilizar una hay ciertos elementos que deberías tomar en consideración.

Según consignó el medio español Huffington Post, la clave es fijarse en un número EFB (que significa: eficacia de filtración bacteriana). Este, mientras más alto sea menos virus pasarán por la mascarilla.

Por otro lado, otro número importante es el índice de respirabilidad, es decir, qué tan cómodo es respirar con la mascarilla. “Al hablar de respirabilidad nos referimos a la presión diferencial que es necesaria para hacer pasar el aire a través de la mascarilla”, explicó al medio la farmaceútica Gemma Caño.

Por lo tanto, para que una mascarilla sea eficaz y no sientas que te ahogas, el índice debe ser inferior a los 60 Pa/Cm2. Si es mayor, no cumpliría con la normativa de ser higiénica ni quirúrgica.

¿Es dañino el uso prolongado de mascarillas?

En tanto, en el programa Aquí Somos Todos, la doctora Carolina Herrera explicó que el uso constante de este elemento no debería significar ningún problema.

Al exhalar nosotros producimos dióxido de carbono, no monóxido de carbono, por lo tanto no es un gas tóxico en su inhalación y expiración. No hay ninguna mascarilla que sea tan hermética que no permita que se difunda al aire“, señaló.

Aunque advirtió que debemos tener en cuenta cómo están hechas pues esto puede generar problemas, por ejemplo, que le tengas alergia al material o que los elásticos queden muy tirantes.

“Si ocupaste un material, por ejemplo, utilizaste una bolsa de plástico, eso en el movimiento de inhalación y exhalación podría ahogar a una persona. Las mascarillas tienen que se idealmente diseñadas con algún grado de lógica para evitar ese tipo de accidentes. No hay que ponerse cualquier cosa“, concluyó.