El cuidado de la piel es un factor importantes a lo largo de nuestra vida, ya que la falta de ello puede traer una serie de consecuencias para esta.

Es por ello, que es primordial detectar qué tipo de piel tenemos, ya sea normal, grasa o seca, lo que nos ayudará a tener los productos necesarios de acuerdo a nuestras necesidades.

Sin embargo, la piel seca muchas veces se confunde con deshidratación, por lo que en Página 7 te enseñaremos cómo diferenciarlas, y qué tipo de productos podrías utilizar.

Según el dermatólogo Andrés Figueroa de la Clínica Dávila, estos dos conceptos se diferencian debido a que la “piel deshidratada es una condición provocada por baja humedad en el entorno, lo que generalmente es temporal. Está dada por un déficit en la cantidad de agua en la piel”, explica.

En cambio, la piel seca corresponde a una condición transitoria y “está dada por una disminución en la calidad o cantidad de los lípidos (grasas) que forman el manto hidrolipídico de la piel. Esto puede mejorar con una rutina, pero nunca va a ser normal, ya que está influenciado por factores genéticos principalmente”, aseguró.

¿Cómo diferenciarlas?

“La piel deshidratada se ve menos luminosa, con facilidad para presentar arrugas con menos turgencia”, señaló el especialista, mientras que la piel seca “muestra un aspecto inflamado, con prurito y descamación. Ambas pueden presentar síntomas de sensación de tirantez, sensibilidad y el envejecimiento prematuro”, señaló.

Tratamientos para envejecimiento de la piel
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Por otro lado, la dermatóloga de la Clínica Santa María, Irena Araya aseguró que: “Se pierde la función de barrera de la piel, lo que, sumado al prurito o picazón generado por esta sequedad, favorece la entrada de organismos patógenos a través de la piel”.

¿Qué cuidados debo tomar?

“Lo importante es evitar las condiciones que producen o empeoran el cuadro clínico: duchas cortas y tibias, proteger zonas expuestas al sol y al frío, evitar usar jabones o productos exfoliantes, en caso de pieles sensibles usar productos cosméticos comprobadamente hipoalergénicos para evitar irritación”, enfatizó la profesional.

A su vez, Figueroa señaló que “se debe evitar en ambos casos lavado frecuente, contacto con productos desengrasantes e irritantes (jabones, lava lozas, detergentes), usar guantes para contacto con estos factores así como para hobbies (jardín, cerámica. por ej.) y trabajos específicos”.

¿Cuáles productos se recomiendan?

En este punto, ambos profesionales son enfáticos en señalar que se recomienda utilizar cosméticos del tipo suave y que contengan agentes hidratantes. “Se debe realizar el uso frecuente y periódico de cremas hidratantes específicas con ceramidas y otros agentes que mejoren la humectación de la piel”, señaló el especialista.

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En tanto, Araya manifestó que se pueden utilizar hidratantes básicos que se observan en cremas específicas como vaselina, aceites minerales, dimeticona, propilenglicol, ácido hialurónico, pantenol, ceramidas, úrea, etc.

“Estas cremas están diseñadas en distintos formatos para su uso en rostro, cuerpo, manos y pies y su formulación debe ser cuidadosa en casos de personas atópicas o con piel sensible”, manifestó.

Cabe destacar, que todos tenemos un tipo de piel diferente, por lo que en caso de presentar los síntomas, lo ideal es acudir a una consulta profesional.