Ante la alerta del coronavirus en el mundo, muchos chilenos comienzan a tomar ciertas medidas de precaución por si dicha epidemia llega a nuestro país.

Desinfectantes, toallas con cloro y aerosoles que prometen eliminar virus, bacterías y gérmenes son algunas de las medidas que adopta la ciudadanía. Pero, ¿Funcionan efectivamente este tipo de productos?

Según explicó a LUN el doctor en ciencias biológicas, Claudio Figueroa, todos estos implementos de aseo fueron diseñados para ser utilizados en hospitales. “En general, los virus respiratorios son bastante sensibles a los desinfectantes clásicos. No estamos hablando de un adenovirus, por ejemplo, que son mucho más resistentes”, afirmó.

Asimismo, sostuvo que los virus respiratorios tienen una estructura molecular similar y están recubiertos por una membrana externa que actúa como coraza, siendo el trabajo del desinfectante ambiental en spray liberar proteínas que inhiben las enzimas y causan la muerte celular de los virus.

¿Cuál es la forma correcta de uso?

El producto se debe aplicar con el envase en posición vertical y, dependiendo del tamaño de la habitación, rociar en el espacio unos tres o cuatro segundos, con el fin de que se genere una capa de ‘neblina’.

En tanto, también se puede utilizar en superficies, eso sí, con una distancia entre 15 y 20 centímetros, entre 4 y 5 segundos, para luego dejar reposar hasta que se seque.

“Hay que fijarse en las condiciones de uso y las instrucciones que traen detrás del envase. Mucha gente lanza un poco de desinfectante al ambiente por un segundo, siente el olor y cree que está listo. Pero no es tan así. Además, su uso está restringido a espacios cerrados. No tiene sentido utilizado al aire libre”, advirtió el académico.