De seguro, más de alguna vez has sentido esa necesidad de querer comerte algo apetitoso como papas fritas, torta, hamburguesas, entre otras delicias.

Sin embargo, este no sería un impulso de querer algo sabrosos, si no que, según científicos de la Universidad de Georgia, se debería a que en nuestro cerebro existe un circuito que está vinculado a los impulsos que sentimos de comer en exceso.

Allí, existen hormonas concretas que aumentan la sensación de querer incrementar la ingesta de alimentos, lo que muchas veces termina con un aumento de peso.

Los expertos realizaron un estudio con ratones, con quienes llegaron a la conclusión de que estos impulsos pueden ser controlados. “Comprender este circuito, que afecta selectivamente a la impulsividad alimentaria, abre la puerta a la posibilidad de que algún día podamos desarrollar terapias para dejar de comer en exceso”, explicó la Doctora Emily Noble, profesora y participante en el estudio a Women’s Health.

Pixabay | CC
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Por lo anterior, el equipo de expertos explicó que sería posible trabajar en el desarrollo de una píldora que ayude a controlar los impulsos de comer alimentos procesados y refinados. “Se podría desarrollar para evitar que las personas ansíen comer comida basura”, aseguraron.

“Los hallazgos sugieren que esto podría conducir a tratamientos farmacológicos para tratar otras afecciones relacionadas con el comportamiento impulsivo, como la adicción a las drogas o el juego”, manifestaron.