La Organización Mundial de la salud (OMS) celebra los primeros días de agosto la semana de la lactancia materna, con el fin de incentivar a las madres a dar pecho a sus bebés, sobre todo en los primeros seis meses de vida, pues es vital para su desarrollo.

Los beneficios de la lactancia son indiscutibles. Según señaló el pediatra Pedro Barreda a Página 7, la leche materna es la “proporción equilibrada de macro y micro nutrientes inmunológicos. Es leche viva contra las infecciones del recién nacido y su futuro”.

Agrega que, además, provoca una relación de “apego fundamental”, por lo que debe ser a “libre demanda al comienzo” y “exclusiva hasta los seis meses“.

En cuanto hasta qué edad el bebé debe tomar pecho, Barreda precisa que “mínimo seis meses. Es bueno hasta el año. Y si la madre está dispuesta y puede, hasta los dos años”, sostuvo.

Mito de la lactancia materna

Mucho se habla de que luego de los seis meses de vida del bebé, lo que toma es agua. Un error que es enfática en corregir la nutricionista especializada en lactancia materna de la Clínica Viè Et Santé, Gabriela Tranchino.

La experta asegura que la leche materna se adapta a la edad del niño que la toma. “Fisiológicamente jamás va a salir agua de la glándula mamaria en reemplazo de leche materna, este es uno de los mayores mitos en torno a la lactancia que debe ser erradicado.”

Agrega que “a medida que el niño crece, la leche aporta las calorías que necesita en ese momento de su crecimiento, a diferencia de los mitos que existen en la sociedad, que con el paso de los meses la leche se va volviendo agua”.

“La leche materna siempre va a aportar una cantidad significativa de nutrientes independiente que sea ofrecida a los dos años del bebé” indicó Tranchino.

De igual forma, la leche materna -en los primeros meses de vida de la guagua- ayuda a reducir en un 64% las posibilidades de sufrir gastritis, un 63% enfermedades de respiratorias altas, un 77% de otitis e incluso leucemia, en un 20%”, explicó.

En tanto, nuevos estudios científicos siguen encontrando beneficios en la salud del bebé, tales como reducir el riesgo de contraer infecciones, leucemia y enfermedades celiacas, entre otras.

Por el lado de la madre, el dar pecho beneficia el vínculo afectivo madre-hijo, la facilidad para el retorno al peso anterior al embarazo, disminución en la incidencia de diabetes tipo 2, disminución en el riesgo de cáncer de mama y de ovario. Según la OMS también contribuye a evitar la osteoporosis.