El embarazo es un momento crítico para el desarrollo del feto y su salud, por lo mismo, debe existir un especial cuidado con las enfermedades que pueden aparecer en la vida del bebé a posteriori.

Según el Huffington Post, estos padecimientos -de acuerdo a un estudio- se pueden relacionar con lo que la mamá comió e hizo durante su embarazo.

Aumenta el riesgo de trastornos de atención

El estilo de vida de mamá sería determinante en la capacidad mental que tendrá su descendencia, según un estudio español que demostró que la dieta consumida durante el embarazo podría influir en el riesgo de síntomas de trastorno de déficit de atención/hiperactividad (TDAH) en niños.

Esto pasaría porque, según los resultados, existe una correlación entre la desproporción de omega-6/omega-3 y el mayor riesgo de mostrar síntomas de TDAH a partir de los 7 años de edad. Por lo mismo, se recomienda a embarazadas un correcto (y constante) consumo de este ácido graso.

Aumenta el riesgo de autismo

Según el Post, otros estudios además han evidenciado que el desarrollo de diabetes tipo I o tipo II también es un factor de riesgo, ya que al tenerla la mamá, eventualmente el niño podría desarrollar algún tipo de autismo.

Si bien existen versiones de la diabetes que son inevitables, como la tipo I, por ejemplo, los especialistas llaman a tener ojo con la tipo II, ya que en esta influye fuertemente la mala alimentación y la comida basura consumida durante el embarazo. Incluso, se pueden “aliviar” estos síntomas con ejercicio físico regular y con una dieta balanceada.

La importancia de una alimentación sana

Si bien aún se debe confirmar en humanos, el Post aseguró que las infecciones intestinales durante los primeros seis meses de embarazo aumentan considerablemente el riesgo de disfunciones del cerebro del bebé.

De confirmarse esta teoría, los especialistas podrían considerar dietas específicas para reducir el riesgo de infecciones, esto a través del control de las bacterias del intestino con dietas monitoreadas, ricas en prebióticos y probióticos, elementos que ayudan a mantener una buena flora intestinal.

La revista Nature dio cuenta de esta situación al publicar un estudio, realizado en ratones, que dio cuenta de los efectos del estrés durante el período de gestación.

Eldin Jašarević, investigador postdoctoral de la Universidad de Pensilvania a cargo del estudio, destacó que: “Lo que vimos fue que el estrés realmente interrumpe el patrón natural de la microbiota intestinal durante el embarazo“.