Una de las etapas de la madurez de una niña es el período menstrual, donde comienza a vivir cambios físicos y anímicos que -si no ha tenido información al respecto- no sabe cómo enfrentar.

Por eso es tan importante el rol de los padres, para que la adolescente no sienta este proceso como algo extraño o negativo, sino más bien, como algo natural y propio de su biología femenina.

¿Cuál es la manera más adecuada de enfrentar esta situación?

Para saberlo, la psicóloga infanto-juvenil y docente de la Universidad San Sebastián, Fernanda Orrego, entregó algunas recomendaciones en conversación con Página 7 para madres y padres de niñas que se encuentran en este ciclo de su vida.

La especialista explica que lo primero que hay que entender es que la educación sexual no solo abarca algunas temáticas. “Va más allá de la educación respecto al proceso hormonal y reproductivo, por lo tanto, es importante empezar con educación sexual desde el inicio de la vida. Esto se realiza desde ir enseñando las partes del cuerpo, distinguiendo zonas privadas y aprendiendo respecto a las expresiones de amor”.

Es por eso que Orrego recomienda a los padres conversar con sus hijas e hijos sobre los procesos naturales de ambos sexos. “Hombres y mujeres debemos conocer los procesos de cada sexo. De esta manera se debe fomentar la comprensión y el entendimiento de los unos con los otros”, recalcando que la menstruación no es “solo tema de niñas”.

Pasos a seguir

Una vez que la niña tiene su primer ciclo, llamado menarquia, los padres deben transmitir tranquilidad a sus hijas.

Para muchas la menarquia representa un tránsito entre la niñez y la adolescencia, despidiéndose del cuerpo infantil definitivamente (ya que el cuerpo comienza a cambiar antes). Debido a esto es importante que los padres transmitan que la relación sigue siendo fuerte y que no se quiebra o se transforma drásticamente por eso”, detalla la psicóloga.

Además, se debe prestar atención a los cambios de humor que podrían llegar a afectar a la adolescente, por lo que habrá que tener paciencia y comprensión a ciertos comportamientos “bipolares”.

Errores que se cometen

Generalmente los progenitores se complican ante una situación que para las adolescentes es nuevo y que en algunos casos puede ser sinónimo de vergüenza.

Para ello, es ideal generar confianza y hacer que el tema de sexualidad sea algo natural. “Es fundamental que los padres se informen y no eviten las conversaciones sobre amor y sexualidad. En la medida en que ellos no hablan de estos temas, los adolescentes sólo se informarán con sus pares y no podrán tener a sus padres como guías o apoyo en el proceso”, declara Fernanda.

También es importante que estén abiertos a las preguntas que les puedan hacer sus hijas respecto a la sexualidad, fertilidad, anticoncepción, entre otros.

Un buen cuidado

Desde esta etapa es importante mantener los cuidados médicos, sea con su pediatra o un ginecólogo.

“Por lo general el pediatra puede llevar el control del adolescente sano, pero muchas veces se complementa esta atención con la atención del ginecólogo o matrona del consultorio”, explica la especialista.

Además, hay que prestar atención a si existen demasiadas molestias físicas y/o emocionales, las que tratadas con tiempo permitirán que esta nueva etapa no tenga complicaciones.