El caso de Karina Rodini ha impactado en todo el mundo. Esta joven de 28 años sufre una compleja enfermedad genética llamada Neurofibromatosis, que le genera tumores gigantes en su cuerpo. Si bien estos son benignos, está obligada a operarse constantemente, debido al tamaño anormal de estas masas.

La brasileña fue diagnosticada a los dos años de este trastorno, pero recién hace una década comenzó a sufrir con los efectos de este. Hoy ha debido enfrentar las consecuencias en sus piernas, que han duplicado su tamaño producto de los tumores.

En conversación con el portal británico The Sun, Karina recordó que a los 12 años le extirparon un tumor de 9 kilos de su útero. Pese a que el procedimiento fue exitoso, desde entonces debe pasar constantemente por operaciones.

[spoiler title=’Imagen fuerte’]

Instagram
Instagram

[/spoiler]

“Cada dos o tres años me operan de forma quirúrgica, el médico extrae aproximadamente 1 kilo de tejido. Dice que es lo máximo que puede eliminar debido a la cantidad de sangre que se pierde”, explicó la joven, que ya ha pasado por siete intervenciones durante el último tiempo.

Ahora la oriunda de Curitiba se enfrenta a un nuevo problema. Su enfermedad se comenzó a manifestar en sus piernas, que se han deformado por culpa de los tumores de 10 kilos que han aparecido en ellas. Esto ha complicado a Karina, quien tiene problemas para vestirse y movilizarse en el transporte público.

[spoiler title=’Imagen fuerte’][/spoiler]

“En el ojo izquierdo tengo poca visión y sufro dificultades para respirar cuando tengo que caminar más de 20 minutos o subir escaleras. Además, camino muy despacio porque la pierna es demasiado pesada”, explicó la brasileña.

Por ahora, Karina solo ha pasado por intervenciones que controlan los tumores, porque actualmente no existe una cura para la enfermedad. Sin embargo, un médico en India le ofreció un tratamiento para combatirla, en una operación que cuesta 40 mil dólares (cerca de 28 millones de pesos), por lo que ahora se encuentra realizando campañas para poder costear los gastos médicos.

“Cuando llego a los autobuses, tengo que pasar por la puerta de atrás porque no encajo en la puerta de entrada. Quiero tener una vida mejor, quiero someterme a una cirugía para eliminar mi enfermedad, por favor, ayúdenme”, comentó Rodini en el portal GoFoundme, que es la plataforma donde busca recaudar fondos.

Con respecto a la neurofibromatosis, esta no tiene cura, y además hay poca investigación al respecto. En este sentido, se desconoce si es heredable a los hijos. Por otro lado, se estima que la sufre una de cada 4 mil personas en el mundo.