La pérdida de peso es todo un tema para muchas personas, sobre todo en invierno cuando el frío y la lluvia nos hacen querer consumir alimentos más calóricos como sopaipillas, pan amasado, picarones y preparaciones dulces en general.

Asimismo, en esta época hay quienes se relajan debido a que usan más capas de ropa y pueden disimular esos ‘kilitos’ de más que tanto les incomodan. Eso sí, dejemos claro que esto no es una regla general, ya que hay personas que son felices con su cuerpo y no desean someterse a dietas ni ejercicios.

Pero si ese no es tu caso, y has probado varias formas de perder peso pero no te está resultando, quizá sería bueno que te plantearas una serie de preguntas que podrían explicar en qué estás fallando.

De acuerdo a un artículo publicado en el Huffington Post, por la coach nutricional y chef profesional, María Llamas, existen al menos cinco razones sumamente comunes y que forman un patrón de conducta en muchas de las personas que buscan perder peso.

Lo primero que debes saber es que bajar de peso no es lo mismo que perder grasa, que es lo recomendable. Lo ideal es que cuando bajes esos kilos que te molestan, pierdas grasa, pero no siempre ocurre. Llamas indica que en muchas dietas se exige la eliminación de carbohidratos para así perder rápidamente peso de agua, lo que si bien puede ser todo un logro al momento de pesarte, no es la misma realidad cuando te miras al espejo o ves cómo te queda la ropa.

La experta asegura que “tres kilos de pérdida de grasa cambiarán tu apariencia mucho más sustancialmente que tres o cinco kilos de pérdida de agua“. Asimismo, si combinas esto con el ejercicio, será aún mejor pues desarrollarás músculos mientras pierdes grasa.

No obstante, si crees que estás haciendo todo bien, y la pesa aún no marca alguna diferencia o, peor aún, no notas algún cambio cuando te miras al espejo, será mejor que pongas atención a estos errores que podrías estar cometiendo sin darte cuenta.

1.- Consumo excesivo de calorías

Parece de perogrullo decir que para perder peso hay que comer menos calorías de las que puedes quemar, sin embargo, llevar ese recuento es un tanto complejo. “Muchos no somos conscientes de las porciones y tenemos problemas al calcular cuántas calorías tienen los alimentos. Hoy en día existen muchas aplicaciones que nos facilitan este arduo trabajo, pero ninguno es perfecto, muchos muestran recuentos imprecisos y no adecuados“, explica la chef.

2.- Problema metabólico

Los desequilibrios hormonales o el mal funcionamiento de la tiroides es algo bastante común y que afecta directamente al peso. “Producir mucho estrógeno en relación con la progesterona puede contribuir también a incremento de peso. Y de forma indirecta, altos niveles de cortisol, la hormona del estrés, puede provocar que tengas más apetito“, añade Llama.

Por eso, lo recomendable es consultar a un médico general o especialista para chequear tus niveles hormonales o por si crees que estás enfrentando un periodo de estrés.

3.- Medicamentos

La coach nutricional indicó que algunos medicamentos como antihistamínicos pueden provocar un aumento considerable del peso. Lo mismo ocurre con algunos antidepresivos y otros medicamentos que regulan la presión arterial. Si ese es tu caso, consulta con tu médico por si existen otras alternativas.

4.- Confiar únicamente en el ejercicio

El ejercicio solo es el 20/30% de la ecuación, el resto es nuestra alimentación. Muchas veces pensamos que por realizar ejercicio podemos comer más. Existen estudios que revelan que aquellos que hacen ejercicio tienden a moverse menos durante el resto del día, compensando parcialmente las calorías quemadas.

5.- Metabolismo

Este punto es sumamente importante ya que muchas personas recurren al ayuno como una técnica rápida y confiable para perder peso, sin embargo, períodos prolongados de ayuno pueden ralentizar nuestro metabolismo, lo que a final de cuentas es contraproducente.

Es algo muy común, seguir una dieta de 600 calorías por día y perder peso rápidamente. Pero pronto la pérdida de peso no se dará tan fácilmente debido que nuestro cuerpo reconoce la falta de alimentos y entra en un modo de conservación. Para seguir perdiendo, deberíamos reducir aún más las calorías, lo cual sería muy perjudicial a largo plazo“, aclara la experta.

¿La consecuencia? El temido ‘efecto rebote’, en el que subimos de peso rápidamente a un metabolismo lento, llegando a un lugar peor que cuando empezamos.

El consejo de María Llamas es tomar este desafío con calma y si es necesario reducir las calorías, hacerlo pero de manera paulatina y segura.