Nadie dijo que el amor es algo fácil y, a veces, se torna más complicado cuando las parejas tienen diferencias respecto a un tema o situación.

Algunas relaciones amorosas llegan a un punto en que las discusiones aumentan su frecuencia y cada vez que se ven enfrentados a una no logran resolver sus problemas, por lo que deciden terminar su relación.

Sin embargo, quienes crean que una relación sin discusiones es lo ideal están muy equivocados. Así lo afirman diversas expertas en relaciones amorosas en la revista estadounidense Bustle.

De acuerdo a la licenciada en terapia profesional, Wendi L. Dumbroff, las diferencias de opinión y los conflictos sucederán y no importa cuán enamorados estén. Sin embargo, “hay cosas que pueden hacer para alivianar esos encuentros tensos, los cuales no son sólo formas útiles para discutir, sino que también para fomentar la cercanía y la conexión”, explicó.

Lo anterior se refiere a cambiar la perspectiva que tienen las personas sobre las discusiones y cómo lograr que estas sean “sanas” y, al mismo tiempo, productivas.

A continuación te enumeramos los 7 tips para salir bien de una discusión con tu pareja.

1. Tener un momento de pausa

Una discusión nunca termina bien si no estás “presente” en el momento. “La diferencia está entre ‘reaccionar’ a algo y ‘responder’ a aquello”, indica Dumbroff.

Esto quiere decir que al momento de enfrentarse a un problema no se debe reaccionar inmediatamente. Toma un respiro y piensa en lo que ocurrió con calma. ¿Nuevamente compraste el producto equivocado? ¿No alimentó al perro? Los gritos y los encaros no llevan a nada. Piensa bien qué dirás y cómo crees que pueden encontrar una solución.

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2. Encuentra el momento indicado

Las discusiones no son el único momento en los que puedes hablar de lo que te molesta. De hecho, una buena estrategia es utilizar los momentos de calma para dar a conocer tus sentimientos.

“Cuando las parejas hablan desde este espacio más ‘suave’ se produce una conversación muy diferente (…) Encuentran empatía el uno por el otro. En vez de distanciarse, la cercanía se refuerza”, señala Dumbroff.

3. Cuidado con las gesticulaciones

A veces no son las palabras las que más duelen, sino que nuestras acciones. Y un gesto que se repite mucho durante las discusiones es poner los ojos en blanco: no lo hagas.

De acuerdo a la terapeuta Dr. Holly Richmond, “cuando pones los ojos en blanco durante una discusión le estás transmitiendo a tu pareja que no merece que sea comprendida”. Es importante estar conectada en el momento, por lo que realizar cualquier gesto irrespetuoso puede producir un impacto negativo.

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4. No revivas cosas del pasado

Uno de los errores más comunes que se comenten a la hora discutir un tema es encarar a la pareja con errores del pasado. Esto no es una buena práctica si quieres una relación próspera y feliz.

“Aferrarse al pasado genera resentimiento y con el tiempo puede ser difícil para las parejas recuperarse de eso”, indica Richmond.

5. El tamaño importa

A veces inician por una seguidilla de situaciones y otras veces por algo mínimo, el cual escala a una gran discusión que no tiene salida. Estas últimas son a las que debes poner más atención.

Según la terapeuta Jane Reardon -fundadora de la aplicación RxBreakup apphay ciertos temas que se gatillan más fácilmente en un problema debido algún recuerdo de nuestra niñez.

Debido a que son parte de nuestro pasado, estos temas son más sensibles y hacen reaccionar a las personas de forma más emocional y, usualmente, desproporcionan la discusión. “Las parejas pueden calmarse y volver a discutir sus diferencias cuando piensen más racionalmente, de esta forma están en mejores condiciones para hablar con una carga emocional menor”, explicó Reardon.

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6. Hay que mantener la conversación

¿Te molesta algo? No te lo guardes, al contrario, convérsalo. De acuerdo a Richmond, las parejas que proyectan la imagen de “pareja perfecta” y que nunca discuten son las menos sanas.

“Me preocupa mucho más las parejas que nunca discuten que las parejas que discuten mucho”, indica la terapeuta, agregando que la apatía y la indiferencia son los principales motivos de quiebres; y, al contrario de lo anterior, conversar de los problemas refleja que aún hay interés.

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7. Discutan, ¡está bien!

Finalmente, no tengas miedo de las discusiones, es normal y a veces es necesario tenerlas para mantener una relación sana. Recuerda: “Los problemas no se solucionan de un día para otro. En vez de dejar la discusión para otra ocasión, se deben presentar y se deben hablar”, concluyó Dumbroff.