Ariana Omipi es una joven neozelandesa de 24 años que comenzó un proceso de pérdida de peso que tomó cerca de cinco años, sin embargo, en el camino hubo un tropiezo que aunque intentó disimular en Instagram, más tarde enfrentó con total entereza.
En sus distintas publicaciones en esa red social, Ariana contó que toda su vida ha luchado con el peso y sus incontrolables ganas de comer. Durante la adolescencia vivió con obesidad mórbida pero cuando cumplió 19 años decidió que era hora de hacer algo por su salud.
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En ese entonces siguió una estricta dieta baja en carbohidratos y una rutina de ejercicios de casi cuatro horas diarias. Tan convencida estaba que cumpliendo al pie de la letra sus tareas, logró bajar cerca de 58 kilos. Eso sí, su relación tóxica con la comida no mejoraba.
Fue por eso que pese a sus esfuerzos, esta ansiedad la atacó de vuelta y no pudo hacerle frente. “Me consumió de una manera que ni siquiera puedo describir. Era un hambre abrumadora que no logré silenciar, solo la bloqueé temporalmente”, señaló, según consignó Daily Mail.
Si bien no consumía comida chatarra, no medía las porciones que consumía de la otra comida, y poco a poco los carbohidratos aparecieron en su dieta. “El tamaño de mis porciones era grandes pero siempre me sentía hambrienta, así que me repetía dos o tres veces, o incluso me hacía otra comida”, detalló.
Así comenzó a ganar más y más peso llegando a los 126 kilos en 2016, luego los bajó en 2017 y volvió a subir hacia fines de ese año y comienzos del 2018. Lo anterior le significó abandonar el blog que había comenzado para documentar su experiencia, aunque continuó inspirando a sus seguidores de Instagram ocultándoles su realidad.
Afortunadamente para su salud emocional, Ariana decidió pedir ayuda profesional, donde le recomendaron realizarse una cirugía de manga gástrica además de apoyo con terapias psicológicas para sanar relación tóxica con la comida.
“A lo largo de los años, mi peso ha sido algo en lo que realmente he trabajado muy, muy duro“, partió escribiendo junto a un collage de su proceso respecto al peso y tras revelar que se sometería a una cirugía.
“Mi disciplina, determinación y cambios en el estilo de vida me han ayudado a lograr una pérdida de peso significativa en el pasado; sin embargo, mi hambre constante es algo que ha hecho que mantener un peso saludable sea increíblemente difícil. En los últimos 5 años, he perdido, mantenido, ganado, perdido y aumentado de peso. Esto ha sido agotador, física y emocionalmente“, explicó.
Omipi también quiso compartir ese momento de su vida para que sus seguidores entendieran que no fue una decisión a la ligera y que no tiene que ver con odiar su cuerpo, sino que poder llevar un estilo de vida más saludable y ahuyentar esos “deseos constantes de necesitar porciones múltiples de alimentos”.
Tras esta cirugía que redujo el tamaño de su estómago en aproximadamente un 90%, además de la hormona del hambre (grelina), aseguró estar totalmente feliz. “Esta cirugía ha transformado completamente mi vida y me ha ayudado a controlar el tamaño de mis porciones. Junto con una dieta equilibrada y ejercicio regular, he visto cambios increíbles en 9 meses”, afirmó.
Cabe señalar que actualmente la joven volvió a pesar 68 kilos y ha retomado su trabajo como bloguera. Gracias a sus terapias también ha aprendido a tener una relación mucho más sana con la comida y realiza ejercicios de acuerdo a los requerimientos de su cuerpo y con supervisión.