Historias de amor hay en todos lados, pero esta en particular está conmoviendo en redes sociales. Lo anterior porque una mujer que sufrió la amputación de sus cuatro extremidades, logró superar todos los obstáculos para cumplir con lo que se había propuesto en su matrimonio: entrar a la iglesia caminando.

La historia comienza en abril de 2013 en un restorán de Alexandria, Virginia, en Estados Unidos. Fue aquí donde Amanda Flores y Frank Bordoy se conocieron, y tras dos meses de relación, ambos aseguraron estar completamente enamorado el uno del otro.

Tras un año viviendo juntos, y de armar una familia, el 24 de diciembre de 2014 cambió todo. En Nochebuena, Frank llevó a Amanda al hospital por unos fuertes dolores. Al final, fue diagnosticada con una faringitis estreptocócica, que le provocó un choque séptico e insuficiencia renal.

Según lo consignado por el portal estadounidense The New York Times, los doctores le dieron 48 horas de vida, sin embargo, había una forma de salvarla pero que implicaba una fuerte decisión: amputar sus cuatro extremidades.

De esta manera, el 2 de enero le amputaron las piernas por sobre la rodilla, para dos semanas después amputar sus brazos, por debajo del codo. Recién en febrero, Amanda recuperó la conciencia y comprendió lo que le había ocurrido: “No podía darme cuenta de que mis extremidades no estaban ahí”, reconoció.

En medio de todo este difícil proceso, Frank no pudo contener sus ganas de dar un gran paso, así que le propuso a Amanda matrimonio, en plena recuperación. Ella aceptó sin dudarlo, claro que lo hizo bajo una condición: se casaría siempre y cuando pudiera caminar hacia el altar.

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Tras salir del hospital, la rehabilitación fue muy dura para Amanda, ya que entró en depresión e incluso pensó en suicidarse: “Todos tenemos que llorar nuestro pasado, no solo la pérdida de las extremidades, sino la pérdida de la mujer”, contó la novia de 37 años.

Pese a todo, al año de su accidente, aprendió a utilizar sus prótesis, por lo que luego de cumplir con esta meta dio el gran paso: entrar caminando a la iglesia para poder casarse.

De este modo, el pasado 11 de agosto Amanda y Frank tuvieron su tan esperada ceremonia, donde se juraron amor eterno. La historia de la pareja se ha viralizado debido al tremendo ejemplo de vida que ha demostrado ser Amanda, quien ahora se propuso un nuevo desafío: subir las escaleras de su casa de dos pisos.