Las redes sociales son una de las plataformas preferidas para dar a conocer historias, y también en algunos casos para usarlas como medio de catarsis.

Lo último es precisamente lo que hizo Mario Vargas, médico del Hospital Nacional de Niños de Costa Rica, quien a través de su cuenta de Facebook compartió una desgarradora carta de despedida a una de sus pacientes, quien murió a causa de las graves lesiones que le habrían ocasionado su madre y su padrastro.

La bebé de un año y dos meses presentaba fuertes golpes en la cabeza y el rostro, y fracturas en las costillas, brazos y piernas, lesiones que provocaron su muerte el pasado 10 de diciembre, según consignó La Nación.

El médico no estuvo cuando la pequeña murió, pues estaba atendiendo otra emergencia, sin embargo, recibió un doloroso mensaje en el que le comunicaban la triste noticia.

Tras esto, y a modo de despedirse de ‘M’, como el la identificó, decidió escribir una desgarradora carta que compartió en Facebook donde plasmó el dolor que le causó todo el daño que le hicieron a la pequeña.

La noticia se acompaña de furia, profunda, sincera y devastadora furia humana, aquella que no te permite más que liberar una maldición primigenia contra quienes te hicieron daño, porque a diferencia de los que nos disponíamos a rescatar, M había sido lastimada, torturada y herida de muerte a propósito.

“Sus piernas hechas para jugar y correr detrás de flores y mariposas habían sido rotas y su piel llena de moretones no dejaba espacio para imaginar algo diferente a que esas piernitas fueron requeridas para huir, huir del miedo, del dolor y de la muerte. Sus piernas, no alcanzaron”, manifestó.

“¿Qué hiciste M, cuál fue tu culpa para que siendo una pequeña recibieras tanto, tantísimo dolor? … ¿Qué hiciste para morir sola, en medio de la multitud de una sala de cuidados intensivos?, ¿quién te dio la mano en el extremo momento? En el que el último vestigio de tu alma abandonaba tu cuerpo, el cual ya estaba tan roto que no podía albergar a un alma feliz”, agregó en su texto.

“No estuve a tu lado, y sé que las enfermeras cuidaron tú ultimo paso, pero quizá tus manitas buscaron el amor de entraña al sentir la muerte llegar, se abrieron con la esperanza de una mano de amor familiar y se cerraron en soledad”, señaló.

Pero esto no fue todo, pues en su descargo calmó por justicia y venganza para la pequeña que sufrió tanto dolor.

“Me da asco, el más profundo, vomito lo hediondo y negro de conocer el lado más brutal, sucio y depravado del ser humano, aquel que es capaz de desarrollar la conspiración de la muerte, esa conspiración que en forma metódica se propone cada día a robarse lo blanco de un niño, esa conspiración que a diario se programa para golpear, no dar de comer, infligir miedo, terror, lastimar, quebrar, y enloquecer a un pequeño ser humano”, escribió.

“Me da asco de quienes te hicieron tanto daño, y pido, ruego y suplico porque tu dolor no quede impune, pido por tu venganza, pues si bien esta no da paz marca el principio del final de tu justicia”, finalizó el profesional.

Aquí puedes revisar la carta completa: