Los niños siempre inventan excusas para faltar al colegio. Unos dicen que están enfermos, otros que se quieren quedar regaloneando en casa, pero lo que inventó una pequeña de Inglaterra, superó todos los límites.

Lily Schooley, de 6 años, se percató que varios de sus compañeros estaban faltando a clases ya que tenían varicela. Ante esto, y al darse cuenta que a sus amigos les salían manchas, no encontró nada mejor que tomar un plumón rojo para pintarse marcas en el cuerpo. Su idea era engañar a sus papás, para que creyeran que estaba enferma y así podría faltar al colegio, justo el día en que tenía una evaluación.

Según lo consignado por el portal británico The Sun, los papás notaron de inmediato que esto era mentira, sobre todo porque Lily les había pedido minutos antes que le prestaran un lápiz del mismo color de sus manchas. Pese a esto, decidieron seguirle el juego, por lo que le dijeron que la llevarían al doctor para que la revisaran.

Esto espantó a la pequeña, quien partió de inmediato al baño para ducharse y así dejar en claro que no estaba enferma. Ahí fue donde surgió el primer problema: el plumón era permanente y las marcas rojas no salían. Como no había forma de sacárselas, tuvo que ir al colegio con el cuerpo pintado.

“La casa siempre está llena de risas con Lily. Ella es muy ingeniosa (…) Mi marido y yo estábamos llorando de risa, tratando de no decir lo que sabíamos”, explicó Charlotte, la madre, a The Sun, agregando que las manchas duraron por lo menos cuatro días.

Así fue como se generó otro problema. Y es que como la pequeña fue a sus clases con su cara llena de marcas, y aún seguía el miedo de la varicela, sus compañeros pensaron que en verdad estaba enferma, por lo que prefirieron alejarse de ella.

“Tuvimos que enviarla con una carta al día siguiente para decir que no eran contagiosas o reales y que no podíamos deshacernos de ellas. Usamos gel de baño, jabón, agua caliente, aceite de bebé, toallitas con alcohol. Creo que fue la laca para el cabello la que lo eliminó, después de cuatro días”, detalló la mamá de la niña.

Así fue como este tierno plan terminó de la peor forma para Lilly, quien incluso tuvo que hacer educación física, usando pantalones cortos y una polera, dejando ver todas sus manchas. Esto generó risas entre los profesores, que no podían creer la genialidad de esta pequeña.