La figura de Elizabeth Alexandra Mary, más conocida como la Reina Isabel II, es legendaria. No solamente por su importancia en la familia real, sino también porque a sus 92 años ha sido testigo de grandes hechos históricos. Pero, ¿cómo puede alguien con esa edad, llevar su día a día con la pesada agenda de la realeza?

En Página 7 nos hicimos esa pregunta y nos encontramos con una tremenda sorpresa. La rutina de Isabel es clave para poder cumplir a cabalidad su rol de reina y de paso, el de una mujer que aspira a llegar a los 100 años, tal como lo hizo su madre.

La sección Life Style del portal español La Razón, logró recopilar varios detalles que nos permiten entender cómo es posible ver a la reina tan bien a sus 92 años.

Para empezar, su rutina empieza a las 07:30. Como buena inglesa, la jornada parte con un té con leche y sin azúcar, acompañado con algunas galletas. De fondo, escucha la BBC Radio y el programa Today, para mantenerse informada de lo que ocurre en Reino Unido.

Luego de alistarse, cerca de las 08:30 desayuna junto a su esposo Felipe, el duque de Edimburgo, en algún salón o jardín (dependiendo la época) del Palacio de Buckingham. ¿El menú? Cereales, yogur y jarabe de arce, junto con una tostada con mermelada. En paralelo, lee los diarios nacionales como el Daily Telegraph y el Racing Post.

Posteriormente, y como una tradición, escoge algunas de las 300 cartas que recibe diariamente de los ciudadanos ingleses, y las responde escribiendo mensajes con su propia letra. Aunque como claro, cuando no puede sola, le pide ayuda a sus secretarios.

ARCHIVO | AFP
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Tras revisar documentos oficiales y ver su agenda real, Isabel se dispone a pasear a sus perros por el palacio. Ahora bien, si no puede en la mañana, lo hace por las tardes, ¡esto para ella es sagrado! Esta dinámica la ayuda a hacer ejercicio todos los días.

Para el almuerzo, sus chefs personales van variando el menú, que siempre está acompañado por una copa de Gin con Dubonnet, que es un tipo de aperitivo a base de vino, servido con una rodaja de limón y mucho hielo. Luego horas después, tras sus participar de diferentes eventos, cerca de las 17:00 se dispone a tomar el té, junto con sándwiches y su tarta favorita de Dundee, que es de frutas.

La agenda de la Reina continúa revisando más informes parlamentarios, pero como no todo es trabajo, Isabel también se da el tiempo de relajarse viendo televisión y de incluso jugar juegos de mesa, como el Scrabble.

¿Y cómo cierra su jornada? No más allá de las 23:00 horas se va a su dormitorio a dormir, para repetir su rutina al día siguiente. No sabemos si esta es la fórmula de la inmortalidad, pero al menos a la Reina Isabel II le ha funcionado.

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