Si bien por el momento la residencia oficial de Meghan Markle y el príncipe Harry es en el Palacio de Kensington, la pareja había encontrado a fines de noviembre del año pasado un refugio ideal para vivir tranquilos su amor.

La propiedad fue arrendada a fines de noviembre pasado, y está ubicada en la zona de Cotswolds, un área reconocida por su belleza natural, que lo convierte en un destino ideal para alejarse de la vida ajetreada de la ciudad.

Los duques de Sussex tenían pensado que fuera su refugio por dos años, y así tomar distancia de la prensa y los paparazzis que de seguro buscarán tomar la mejor foto del primer hijo o hija que nacerá a fines de abril.

Sin embargo, según consignó el medio británico Daily Mail, la pareja decidió abandonar la vivienda avaluada en 3 millones de dólares (casi 2 mil millones de pesos chilenos), a principios de marzo.

Lo anterior tendría que ver básicamente por las condiciones de seguridad. Desde el año pasado ambos vivían muy relajados, llevando una vida casi “normal”, recibiendo amigos y disfrutando como cualquier otra joven pareja. No obstante, cuando la “casa secreta” dejó de serlo gracias a una serie de imágenes del lugar que se divulgaron en la prensa, la preocupación se hizo presente.

Captura | Daily Mail
Captura | Daily Mail

Además, el mismo diario explicó que los responsables de la seguridad de la pareja están preocupados porque la casa es “muy abierta”, la que resulta muy difícil de cubrir en su totalidad. Asimismo, ha trascendido que ciertas bandas de delincuentes atacan estas mansiones escondidas precisamente por lo complejo que es cuidarlas.

El artículo señala que Meghan temió que su intimidad se viera vulnerada, tal como ocurrió con Kate Middleton en 2012 cuando la fotografiaron tomando sol en topless.

Por último, los preparativos en su residencia definitiva en Frogmore Cottage están cada vez más avanzados y la pareja pretende mudarse en marzo a esa vivienda, antes del nacimiento de su primer bebé.

Captura | Daily Mail
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