Gran dolor generó la muerte de Julen, el niño de dos años que cayó a un pozo en España. En este contexto, en Estados Unidos y el resto del mundo también provocó mucha emoción la historia de Casey Hathaway, que generó el mismo nivel de preocupación.

Este pequeño de tres años desapareció mientras jugaba con unos amigos en el patio de la casa de su abuela en Carolina del Norte, pero tres días después fue encontrado, sin ningún tipo de problemas.

El niño logró sobrevivir a extremas condiciones climáticas: temperaturas bajo cero y lluvias torrenciales. Su búsqueda incluyó a unos 600 voluntarios junto a miembros del FBI y del Cuerpo de Marinos de Estados Unidos. El pequeño se mantuvo sin agua y sin alimento, y finalmente fue hallado entre arbustos espinosos y mojados, según consigna el portal The Guardian.

Pero lo más sorprendente de la historia es que Casey dijo que contó con una especial ayuda durante su estancia en el bosque. El alguacil del condado de Craven, Chip Hughes, contó que el niño aseguró “que tenía un amigo en el bosque, que era un oso que estaba con él”.

A pesar del testimonio del menor, su versión ha generado dudas en los expertos en comportamiento animal. “Nunca he sabido que sucediera algo así, los osos no hacen eso”, dijo Chris Servheen, investigador de osos en la Universidad de Montana a The Guardian.

Aún se siguen recabando antecedentes del caso y se ha descartado la opción de un secuestro. La historia de Casey ha llamado la atención del mundo entero y generado debate, pero al menos varios piensan que este oso fue su salvador.