Constantemente nos enfrentamos a la situación de tener que regalar algo a otra persona, sea por su cumpleaños, fiestas de fin de año o conmemoración de fechas importantes, lo que suele resultar un poco complicado.

Algunos optan por lo práctico y -derechamente- preguntan qué quieren o acuden a la famosa gift card para dejarlo al criterio del “festejado”. Independiente de la modalidad aplicada, la psicología lleva años estudiando el trasfondo de este rito cultural, el que reflejaría rasgos de tu personalidad.

En 2010 Carol Mayet y Karen Pine, de la Universidad de Hertfordshire (Reino Unido) explicaron que “hacer regalos es un intercambio social y comunicativo inherente a todas las sociedades humanas, que permite transmitir un mensaje a la otra persona sin necesidad de palabras“. A esto agregaron que “regalar permite mantener y reforzar lazos sociales y, de alguna manera, preserva ciertos ritos culturales”.

La psicología del regalo

Los psicólogos explican que hacer regalos es una dualidad: por un lado es placentero y ayuda al ego del propio obsequiador. “Hacer un regalo es una experiencia positiva capaz de aumentar la autoestima”, asegura el psiquiatra Jon Shapiro. De hecho un estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences demostró que el cerebro activa ciertas áreas de bienestar cuando hacemos un regalo.

Pero dentro de esta grata sensación, existe la carga mental de la búsqueda de “ese” regalo perfecto, es por ello que la psicóloga clínica Elena Borges recomienda recurrir a la creatividad y la imaginación.

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Otro punto que aborda la ciencia es el “factor sorpresa”. Aunque suele ser de conocimiento popular que es bueno mantener el misterio, un estudio del Experimental Social Psychology, concluyó que la mayoría de las personas valoran más un regalo si es lo que han pedido que un intento de asombrar. “El secreto de hacer buenos regalos consiste en darles lo que que quieren”, explica el académico de la Universidad de Chicago, Nicholas Epley, en el diario estadounidense Wall Street Journal.

Mujeres “regaladoras” y hombres “regalados”

Como se mencionó anteriormente, la psicología determina que hacer un regalo afecta de manera positiva en uno, ya que el satisfacer a otro nos ayuda en el autoestima.

Según detalla Elena Borges, el realizar este gesto subraya nuestro grado de empatía y altruismo al tener que realizar el ejercicio de ponernos en el lugar del otro al momento de escoger un obsequio.

Además, en 1982 el sociólogo Theodore Caplow , determinó que las mujeres suelen ser las que más se ponen en este rol. Una encuesta británica avala dicho análisis y muestra una gran diferencia: del 100% de las mujeres encuestada, el 84 son de las que entregan regalos (versus el 16% que los recibe), mientras que en los hombres, sólo el 16% los entrega (por cuenta propia sin la ayuda de una mujer).

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Además de lo antes mencionado, la psicología del regalo determina que lo que se obsequia está fuertemente vinculado a nuestra personalidad.

A continuación te presentamos algunos detalles respecto a cada rasgo y qué regalo los determinan.

Narcisistas y ególatras

¿Regalas cosas exclusivas, de alto costo o poco comunes?, entonces eres parte de este grupo. Según la ciencia estas personas al dar este tipo de obsequios se sienten únicas y especiales, y querrán hacer sentir igual al otro.

Aunque no se determina el grado de ego que tienen estas personas, jamás regalarán algo sencillo o de bajo costo, ya que para ellas estos no satisfacen a nadie y no dejarán huella en quien lo reciba.

Como dijo alguna vez Sigmund Freud: “El narcisismo de las pequeñas diferencias es la obsesión por diferenciarse de aquello que resulta más familiar y parecido”.

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Sencillos y de gran corazón

En la vereda del frente están las personas que les importa más el detalle que el valor. Ellos no se centran en impresionar con algo caro o lujoso, sino más bien se preocupan de hacerlo lo más personalizado posible, incluso podrían hacer algo con sus propias manos.

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Descuidados y poco empáticos

Estas personas no suelen esmerarse en regalar algo, si es que el papel es antiguo o es del gusto de quien lo recibirá. De hecho, lo más probable es que lo busque a última hora, y aunque esto no significa precisamente que el otro no les importe, dejan ver la poca empatía que poseen.

Buscarán lo más rápido y fácil de entregar, como si este gesto fuera un mero trámite.

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Perfeccionistas y previsores

Lo más probable es que estas personas compren el regalo con mucha anticipación y se preocupen de detalles: desde la perfección del regalo, su envoltorio, hasta el momento ideal para entregarlo.

Jamás regalarán algo al azar, y buscarán dar en el clavo para dejar feliz a quien lo reciba y, por supuesto, con una presentación impecable.

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Activos y aventureros

Ni la rutina ni lo tradicional son lo suyo, es por ello que no suelen regalar objetos. Estas personas buscarán que el otro viva una experiencia más que mantenga algo en su velador; es por ello que preferirán obsequiar cosas como un viaje, salidas a comer o sesiones en un spa, por ejemplo.

La idea de estas personas es que quien reciba el presente se quede con un grato recuerdo de un lindo momento.

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