El pasado 31 de mayo, se dio a conocer la noticia de que la exprincesa de Qatar, Kasia Gallanio, de 46 años, fue hallada sin vida en su casa de Marbella.

La mujer, de origen polaco, era la tercera esposa del multimillonario Abdelaziz bin Khalifa Al Thani, de 73 años, tío del actual Emir de Qatar, informó Infobae.

Según contó en una entrevista que dio días antes de su muerte, había sido un desafío unirse al magnate: “más dinero, pero también más problemas”.

Kasia y Abdelaziz tuvieron tres hijas, pero el 2007 se divorciaron, a pesar de la oposición religiosa del príncipe.

Recientemente, la mujer peleó para tener la custodia de sus hijas, sobre todo cuando una de ellas acusó a su padre de “tocarla inapropiadamente”, algo que fue negado por el qatarí.

El juez desestimó la demanda por la custodia. Tras la noticia, la exprincesa pasó varios meses en el hospital y, según el diario Le Parisien, era propensa a sufrir ataques de nervios.

 

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La misteriosa muerte

Kasia Galliano fue hallada muerta en su lujoso departamento de Marbella, luego de que una de sus hijas alertó a la policía que no había podido contactarse con ella.

Los agentes llegaron al lugar y encontraron a la mujer muerta, supuestamente por una sobredosis de pastillas. “Mi clienta se vio devastada por esta decisión (del juez). Creo que, sobre todo, murió de pena”, aseguró la abogada de Kasia, Sabrina Boesch.

Al momento del hallazgo, la polaca llevaba entre seis y diez días descomponiéndose en su dormitorio, y presentaba moretones en los hombros. Además, la policía encontró restos de sangre en las escaleras de la casa, una lámpara rota y vidrios por todo el suelo.

Por otro lado, al costado de su cama había tres botellas de vodka vacías, fármacos para inhibir los efectos del alcohol y antidepresivos, una combinación que podría haber sido letal.

Sin embargo, su novio de aquel tiempo, Bruce Baps, contó que ella había sufrido un millonario robo y tenía miedo, y agregó que “hacía meses que no bebía alcohol, tampoco fumaba. Ella no se suicidó, estaba trabajando en un proyecto que le ilusionaba mucho, unos vinos de Francia que iba a comercializar en Marbella”.

Además, un amigo de Kasia comentó que “estaba en contra de las drogas” y afirmó que no era alcohólica.

Luego de la autopsia, se determinó que efectivamente murió por sobredosis, pero no se pudo determinar si fue una ingesta obligada por parte de un tercero o algo voluntario, lo que aumentó el misterio de su fallecimiento.

 

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