Casos de muñecos que supuestamente tienen vida, hay varios. Basta recordar a Anabelle, actualmente en el museo de Horror de los Warren en EE.UU., o de Robert, que inspiró a Chucky, clásico del cine.

Y en Japón también existe una historia parecida: Okiku. Se trata de una muñeca, cuya leyenda -que se remonta a la década de 1910- afirma que el alma de una niña está atrapada en su interior.

Debido a lo anterior, es que el cabello de la muñeca “no deja de crecer”.

La historia, que cuenta el medio inglés Mirror, dice relación con un adolescente japonés de 17 años llamado Eikichi Suzuki, quien compró la muñeca como regalo para su pequeña hermana, de solo dos años.

El obsequio le encantó a la niña, quien se volvió inseparable de su muñeca. Cabe señalar que la bautizaron como Okiku, en honor a la propia hermana de Suzuki y comenzó a ser tratada como si fuera su propia hermana, alimentándola y durmiendo con ella.

Muerte de la verdadera Okiku

Sin embargo, un día todo dio un drástico giro: la pequeña Okiku, de la vida real, murió producto de la malaria. La niña habría muerto “sin aliento, con dolor y miedo”, dice el citado medio, todo mientras sujetaba firmemente a su muñeca.

Okiku fue enterrada sin su muñeca, la que, en cambio, fue puesta en un santuario familiar. Hasta ahí, todo bien, pero pronto comenzaron a ver que el pelo de la muñeca comenzó a crecer.

Asimismo, luces parpadeantes y extraños crujidos comenzaron a abundar en la casa, hechos paranormales atribuidos a la presencia de Okiku, por lo que la familia Suzuki decidió irse, dejándola en el lugar.

“Un examen efectuado a la muñeca concluyó que el cabello es realmente el de una niña pequeña“, dice el libro Japanese Ghost Stories: Spirits, Hauntings, and Paranormal Phenomena, de la autoría de Catrien Ross.

¿Verdad o no? Que cada uno saque sus propias conclusiones.