Un nuevo documental lanzado por Netflix profundiza en los impactantes crímenes del asesino y violador estadounidense Franklin Delano Floyd, quien secuestró a una niña, la hizo pasar por su hija, luego por su esposa y finalmente la mató.

“La asombrosa historia de un crimen real, de una búsqueda para resolver un misterio de 30 años: ¿Quién era Sharon Marshall y por qué su verdadera identidad era desconocida para todos, incluso para ella?”, dice la promoción del nuevo documental Girl in the Picture.

El sujeto era un profesional para huir de la ley: se movía constantemente de un estado a otro, cambiaba su nombre y personalidad, e incluso escapó de la prisión en una ocasión, lo que le permitió –durante más de 30 años– cometer una serie de delitos como robar un banco, agredir sexualmente a niños, secuestrar y asesinar.

Uno de los hechos más abominables cometidos por Floyd comenzó en 1975, cuando le robó cuatro hijos a una mujer con la que se había casado usando un nombre falso.

Suzanne
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Floyd liberó a tres de los niños, pero se quedó con uno, una niña llamada Suzanne, a quien crio como su hija. Eventualmente, la obligó a casarse con él, antes de matarla cuando ella trató de escapar.

El individuo fue arrestado en 1994 y sentenciado a muerte, pero no fue hasta que estuvo tras las rejas en el corredor de la muerte que la policía descubrió la verdadera identidad de la mujer a la que tuvo como hija, y más tarde como esposa.

¿Quién fue Franklin Delano Floyd?

El hombre nació en el estado de Georgia el 17 de junio de 1943. Cuando su padre falleció, él tenía solo un año, por lo que su madre decidió enviarlo junto a sus hermanos al Hogar de Niños Bautista de Georgia después de que ella tuviera serias dificultades para mantenerlos.

Según un libro escrito sobre el caso, llamado A Beautiful Child, Floyd fue violado por otros niños en el hogar cuando tenía solo seis años y enfrentó años de abuso sexual por parte del personal.

Después de dejar el hogar cuando tenía 16 años, trató de ingresar al Ejército de EEUU y, para hacerlo, falsificó la edad de su documentación. Fue dado de baja cuando se descubrió la verdad.

Ese mismo año, cometió su primer crimen cuando irrumpió en una tienda departamental e intentó robar un arma. Tras recuperarse del balazo de la policía, fue enviado a una institución juvenil, donde permaneció durante un año.

En junio de 1962, atacó sexualmente a una niña de cuatro años y fue condenado por secuestro y abuso de menores. Pero aunque fue sentenciado a entre 10 y 20 años de prisión, escapó de la cárcel un año después, mientras lo sacaban para una “revisión médica”.

Establecido en Macon, Georgia, finalmente fue arrestado una vez más, esta vez por el robo de 6.000 dólares de un banco local. En noviembre de 1972, el criminal fue liberado de prisión y enviado a vivir a un centro de rehabilitación.

El hijo de Suzanne, Michael
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Una semana después de su liberación, obligó a una mujer a subirse a su automóvil en una estación de servicio, donde intentó agredirla sexualmente. Ella pudo escapar y él fue arrestado una vez más, pero se dio a la fuga después de pagar la fianza.

Bajo el alias de Brandon Williams, Floyd se mudó a Carolina del Norte, donde conoció a una mujer llamada Sandi Chapman en una parada de camiones. Mantuvieron una relación de un mes antes de casarse y mudarse juntos a Dallas.

Un secuestro que impactó a Estados Unidos

Chapman, quien tenía cuatro hijos de relaciones anteriores, fue arrestada en 1975 por usar cheques sin fondos y sentenciada a 30 días de cárcel, dejando a los niños al cuidado de Floyd. Cuando la mujer fue liberada de la prisión, un mes después, y regresó a casa, la cual estaba vacía.

La víctima logró dar con el paradero de tres de sus hijos, quienes fueron adoptados por diferentes familias, pero nunca encontró a la hija mayor, Suzanne, quien había sido criada por Floyd como su hija, cambiándole el nombre a Sharon Marshall.

Después de que Suzanne terminó la escuela secundaria en Georgia, en 1986 (soñaba con ser ingeniera aeroespacial) Floyd la obligó a mudarse con él a Florida, donde quedó embarazada y empezó a trabajar como bailarina exótica.

Establecido en Florida, el sujeto obligó a Suzanne a cambiar su nombre otra vez, por el de Tonya Dawn Hughes, y se casó con ella poco antes de que naciera su hijo, Michael.

La familia se mudó después a Tulsa, donde Floyd se convirtió en sospechoso en un caso de desaparición de una joven de 18 años llamada Cheryl Ann Commesso, una compañera de trabajo de Suzanne que fue vista por última vez discutiendo con Franklin.

Un macabro asesinato

En abril de 1990, Suzanne fue encontrada inconsciente al costado de una ruta en las afueras de la ciudad de Oklahoma. La llevaron de urgencia al hospital, donde más tarde falleció. La policía afirmó que había sido golpeada por detrás con un automóvil.

Más tarde se confirmó que la joven había intentado dejar a su esposo para huir con un estudiante universitario, Kevin Brown, con el que tenía una relación secreta. La policía cree que Floyd la mató, pero nunca tuvo pruebas suficientes para juzgarlo por el asesinato.

El hijo de Suzanne, Michael, fue entregado en adopción por las autoridades, pero en septiembre de 1994, cuando estaba en primer grado, Franklin ingresó a su escuela con una pistola y se lo llevó, comenzando una búsqueda que duró meses.

Hallado por la policía en Louisville con el niño, Floyd fue declarado culpable de secuestro y condenado a 55 años de prisión. Más tarde también fue condenado a muerte por el asesinato de Cheryl Ann Commesso.

Franklin, ahora de 78 años, se encuentra actualmente en el corredor de la muerte en una prisión de Florida a la espera de que se cumpla su sentencia. Allí confesó su último crimen: admitió haber matado al pequeño Michael, su presunto hijo, el día que lo secuestró.