Fue el pasado 22 de junio en la ciudad de Lyon, Francia, que una profesora asesinó a una bebé de 11 meses, luego de envenenarla con soda cáustica.

El hecho se destapó una vez que una persona llamara desde la guardería ubicada en el tercer distrito de la ciudad, lugar hasta el que se trasladó bomberos para darle primeros auxilios y trasladarla al Hospital Mujer Madre Niño en Bron, donde finalmente perdió la vida.

Según medios locales, la mujer identificada como Myriam, fue la primera sospechosa del crimen para la policía, ya que era la única que se encontraba presente en el momento de los hechos.

Tras la muerte de la bebé, la Fiscalía francesa comenzó a indagar las causas de fallecimiento, cuyas diligencias arrojaron en primera instancia la hipótesis de “ingestión de un producto tóxico por parte de la niña”, según precisó el fiscal Nicolás Jacquet.

Luego de ello, la policía detuvo a la mujer como autora del crimen. Allí, ella sostuvo que la pequeña se roció con pintura, y que intentó limpiar su rostro con la sustancia por temor a recibir un reto.

Sin embargo, y tras no poder confirmar su tesis, en el interrogatorio policial confesó que “abrumada por el llanto de la niña” la roció y la hizo ingerir un producto tóxico, sin dar mayores detalles.

Profesora la envenenó con soda cáustica

De hecho, fue la autopsia que se dio a conocer esta semana que se reveló que se trata de soda cáustica, material que tradicionalmente se utiliza para destapar cañerías.

Debido a su alta toxicidad, el mal uso de este producto provoca quemaduras severas en el tracto respiratorio y daños a pulmones como fallas respiratorias.

No obstante, la investigación se amplió una vez que los padres revelaran a las autoridades que meses atrás su hija presentó lesiones en la boca, además de marcas en la parte superior de su cuerpo tras estar al cuidado de la imputada.

De esta forma, la profesora podría recibir una condena de 30 años de prisión penal por homicidio doloso de un menor de 15 años.