Aunque a muchos les gustaría dar vuelta la página, la verdad es que la pandemia del COVID-19 todavía no ha terminado. Por lo que muchos se preguntan: ¿hasta cuándo seguirá?

Según un nuevo e importante análisis del Consejo Internacional de la Ciencia (ISC), que plantea cuestiones preocupantes para la crisis climática, la pandemia durará al menos otros cinco años. La buena noticia podría ser, quizás, según expertos en salud pública, que la forma en que se desarrolle depende en última instancia de nosotros.

El informe que acaba de publicar el ISC –formado por 200 organismos–, bajo el título Sin precedentes e inacabado: COVID-19 e implicaciones para la política nacional y mundial, explora tres posibles escenarios de la pandemia que podrían darse en 2027.

Según los expertos, el informe, redactado por un grupo de 20 expertos en salud pública, virología, economía, ciencias del comportamiento, ética y sociología, debería permitir descubrir los errores en la lucha contra el coronavirus y sacar conclusiones: entre ellas, según creen, fijar urgentemente un mejor manejo de las pandemias en general y el curso para controlar el COVID-19 a futuro.

El futuro de la pandemia del COVID-19: escenario de la continuidad

En el más probable de los escenarios, el de la continuidad, en 2027, el COVID-19 se habrá convertido en una enfermedad endémica en todo el mundo, en gran medida debido a la mejora del desarrollo y la distribución de vacunas. Aun así, seguirá provocando oleadas estacionales que requerirán vacunas y refuerzos actualizados.

Para los países que logren aumentar el porcentaje de personas totalmente inoculadas, el escenario podría ver mejorías. En 2027, podrían salvarse muchas vidas y reducirse el riesgo de variantes emergentes. A su vez, también podría haber beneficios para la salud mental, la economía y el desarrollo sostenible.

No obstante, la mayor parte de la población no vacunada del planeta seguiría concentrada en los Estados de bajos ingresos, donde los sistemas sanitarios podrían correr el riesgo de colapsar y la seguridad alimentaria habrá empeorado.

Vacunación contra el COVID-19
Contexto | Agencia UNO

Escenario pesimista sobre la pandemia del COVID-19

El segundo escenario la han denominado “recuperación fallida” y es mucho más pesimista. Según esta, las consecuencias sociales de la pandemia no se habrían mitigado en cinco años. El resultado sería una mayor desigualdad, creada por las políticas proteccionistas y las tensiones geopolíticas. La cooperación internacional sería escasa y gran parte de la población mundial seguiría sin vacunarse.

En este escenario, los autores del informe temen que la confianza entre los Gobiernos y entre los Estados y sus habitantes se deteriore aún más, reduciendo la aceptación de las vacunas. De ese modo, si el nacionalismo y el populismo siguen creciendo, el resultado podría verse reflejado en graves brotes de coronavirus.

Escenario optimista sobre la pandemia del COVID-19

Según este escenario, la colaboración mundial habría convertido al COVID-19 en una enfermedad más manejable, y ya no sería una “prioridad aguda”.

Las vacunas se distribuirían de forma más equitativa por todo el mundo –cubriendo a más del 80 % de la población–, mientras que las escuelas ya no se verían interrumpidas y no se necesitarían medidas sanitarias restrictivas.

Del mismo modo, los medicamentos antivirales estarían ampliamente disponibles, serían baratos, y los países ricos habrían invertido en la digitalización, los sistemas sanitarios y la asistencia social.

Por lo tanto, al colaborar más estrechamente los países, un sistema unilateral más fuerte habría puesto al mundo en mejores condiciones para hacer frente a otras crisis, en particular la hambruna y el cambio climático.