Que los niños ayuden en el hogar o aprendan a mantener su habitación ordenada, no es una tarea sencilla.

Debido a lo anterior, algunos padres utilizan el recurso del soborno, para despertar en sus hijos cierta motivación en los quehaceres.

Por ejemplo, emplean frases como: “Si ordenas tus juguetes, te compraré ese dulce que querías”, por lo que el niño termina realizando la tarea a medias.

Aunque ese patrón puede traer algunos resultados positivos a corto plazo, el enfoque tiene un problema que seguirá persistiendo.

Esta madre en realidad ha entrenado a su hijo para que la ignore hasta que ella le ofrezca un soborno. Incluso puede aguantar hasta que el precio sea el adecuado”, detalla la licenciada en Trabajo Social, Meri Wallace, en un artículo del sitio especializado Psychology Today.

Asimismo, la experta detecta otra característica negativa en ese “soborno”, ya que el padre o la madre le están enseñando que asumir la responsabilidad y cooperar, están ligados a una recompensa tangible, no a un valor intrínseco.

“Queremos que los niños aprendan que, junto con el juego, existen responsabilidades. Además, es importante hacer lo correcto para su familia y su propio beneficio“, precisa Wallace.

Niñas jugando
Contexto | Pexels

En este contexto, recomienda una serie de alternativas mejores que el soborno, como por ejemplo darle una razón lógica al niño para tu solicitud. “En este caso, podrías decir: ‘Alguien puede pisar tu juguete y lastimarse, o puede romperlo y ya no lo tendrás como antes’”.

Por otra parte, está la opción de convertir una tarea en un juego. “Si dices: ‘Tú recoges los juguetes rojos y yo recogeré los azules’, se vuelve más interesante”, recomienda.

Destacar las “consecuencias naturales” de la situación, también pueden ayudar a motivar al menor de edad. “Cuando dices: ‘Si limpiamos rápido, tendremos más tiempo para jugar’, puedes ganar la cooperación. Los niños se moverán hacia una actividad placentera más fácilmente“.

Finalmente, Wallace recomienda elogiar al niño cada vez que haga caso a tu petición. “Podrías decir: ‘Me encanta la forma en que colocas tus libros en el estante. Eres un excelente ayudante'”, concluye.