Un macabro femicidio impactó a la comunidad de Colorado, Estados Unidos, tras la desaparición de la joven Kelsey Berreth.
El hecho sucedió el jueves 22 de noviembre de 2018, durante la celebración del Día de Acción de Gracias.
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El asesino, identificado como Patrick Frazee y quien era pareja de la víctima, planificó meticulosamente el homicidio, el cual se gestó luego que la mujer visitara su hogar para dejar a la hija de ambos, ya que en ese entonces estaban viviendo en casas separadas.
Tras ese encuentro, nunca más se supo de Kelsey, alertando rápidamente a la familia de esta, ya que extrañamente la joven le envió un mensaje a su jefe para indicarle que no se presentaría al trabajo durante una semana, pues se había tomado unos días de descanso.
Sin tener respuestas, la madre de la desaparecida dio una conferencia de prensa para solicitar cualquier información sobre su retoña, consignó Infobae.
Una incansable búsqueda
Mientras tanto, Frazee fue interrogado por la policía, quien colaboró con la investigación, incluso dando una muestra de ADN y entregando su teléfono sin oponer resistencia.
Pese a que las diligencias no daban respuestas, todo dio un radical vuelco luego que el 13 de diciembre de 2018 encontraran, en el departamento de la víctima, los dos juegos de llaves del auto en el que, supuestamente, se había marchado tras dejar a su hija con Patrick.
Debido a estas nuevas informaciones, el hombre rápidamente se convirtió en el principal sospechoso de la desaparición, por lo que su casa fue allanada para dar con posibles pistas.
Luego de las pesquisas en el inmueble, se halló una botella desinfectante y una toalla para limpiar pisos, las cuales tenían presencia de sangre.
En esa misma línea, la policía determinó que Frazee no actuó solo, ya que Krystal Lee Kenney, una enfermera de Idaho, quien tenía una relación paralela con el asesino desde hace 10 años, también participó en el femicidio.
Una declaración clave
Tras ser interrogada en múltiples ocasiones, el 20 de diciembre la amante confesó todo, revelando que el novio de Kelsey Berreth fue el responsable del asesinato.
Gracias a un acuerdo con la fiscalía, para tener una reducción en su condena, la trabajadora de la salud detalló que ella ayudó para que toda la evidencia fuera destruida, además afirmó que Patrick constantemente le pedía que matara a la mujer, aludiendo que era una madre drogadicta y golpeadora.
Pese a la insistencia, Krystal expresó que jamás pudo concretar el asesinato, el cual finalmente fue cometido por el propio Frazee.
Según el citado medio, el crimen sucedió luego que el hombre le propusiera a su pareja un juego, el cual era que intentara descubrir con los ojos vendados el olor de unas velas que había comprado.
Esto fue aprovechado por el sujeto, quien atacó con un bate a la indefensa víctima, quitándole la vida tras propinarle quince golpes en la cabeza.
Posteriormente, el individuo junto a su amante quemaron con gasolina y madera el cadáver, para así evitar cualquier pista que los inculpara, puntualizó Telemundo.
“Usted le pagó golpeándola hasta morir”
Sin embargo, y luego que la enfermera confesara, casi un año después de la desaparición de Kelsey, Krystal y Patrick enfrentaron a la justicia norteamericana.
La primera recibió tres años de cárcel por manipulación de evidencia (aunque después fue puesta en libertad condicional), mientras que el segundo fue condenado a 156 años de prisión.
“Sus actos han sido viciosos y sin sentido. Kelsey pasó su última noche cuidándolo. Usted le pagó golpeándola hasta morir y quemó su cuerpo. Sus crímenes merecen el máximo castigo”, afirmó el juez Scott Sells durante la formalización.
