Hace unas semanas, TVN estrenó una nueva temporada de Mea Culpa, que regresó a la pantalla con nuevos y fuertes casos. Y lo hizo con éxito de audiencia.

Pero, ¿por qué son tantos los seguidores de este y muchos otros programas ligados a recrear violentos crímenes o escuchar crudos testimonios de sus protagonistas? Isabel Puga, Presidenta Nacional Colegio Psicólogas y Psicólogos, entrega algunas directrices.

La profesional habla desde la mirada de la neuropsicología, indicando que el cerebro humano está enfocado en la sobrevivencia.

“Lo que suele hacer es habituarse a la cotidianeidad y estar alerta a todo lo que suene como amenaza. Entonces, todos estos programas trágicos, macabros, son historias de amenazas o peligros, que hacen que nuestra atención se vaya a ello”, comienza explicando a Página 7.

“Como es algo distinto a lo cotidiano, hace referencia a que hay que estar atento”, agrega, indicando que todo eso activa nuestra respuesta al miedo.

“Al presenciar una situación de riesgo en un entorno seguro, estamos disfrutando lo que es la adrenalina; mirar estos programas nos genera una respuesta fisiológica, eso de estar expectante, de querer saber la respuesta, de que es algo distinto, novedoso, amenazante”, añade la especialista.

¿Existe un perfil?

Asimismo, Puga dice que no existe un perfil de persona a la que les gusta ver este tipo de programa como Mea Culpa, ya que, a su juicio, están orientados a “captar a toda la audiencia”. Sin embargo, hace una aclaración.

hombre viendo television
Pexels

“Podría pensar que las personas que no ven esos programas tienden a reflexionar un poco más y no se dejan engañar por lo primero que ven”, manifiesta a nuestro medio.

Por último, descarta que programas como Mea Culpa produzcan miedo o paranoia en los telespectadores, pero sí enfatiza que “aquellas personas que son más catastróficas y que están más perseguidas, les confirma su percepción respecto al mundo y la realidad. Es decir, el programa te confirma lo que tú ya imaginabas”, sentencia.