Un macabro crimen conmocionó a Estados Unidos el 11 de febrero de 2010, cuando seis sujetos torturaron y asesinaron a una mujer a modo de venganza.

La víctima, identificada como Jennifer Daugherty, tenía 30 años al momento del crimen, pero por su discapacidad mental representaba a una adolescente.

Pese a los problemas, trataba de llevar una vida lo más normal posible, siendo su hermana un pilar fundamental, según consignó el sitio Bugged Space.

Jennifer conoció a los 6 victimarios cuando asistió a un centro comunitario para personas sin hogar, con el objetivo de poder comprar un departamento e iniciar una vida independiente.

Trató de integrarse y ser una más de ellos, pero la personalidad de los criminales no encajaba en absoluto con la suya.

Un macabro crimen

Angela Marinucci había sido testigo de algo que la haría iniciar un plan siniestro. “Te amo Jennifer y quiero casarme contigo”, escuchó decir a su novio mientras hablaba por teléfono.

Desde ese momento, Marinucci planeó terminar con la vida de aquella mujer. Para eso, contó con la colaboración del propio novio, además del resto de los compañeros que compartían su departamento.

De acuerdo a CBS News, los jóvenes invitaron a Jennifer al inmueble, quien aceptó de inmediato. En el lugar recibió las primeras agresiones, viviendo un calvario por tres días.

Captura | La imagen de los 6 criminales
Captura | La imagen de los 6 criminales

Sufrió diversas torturas como golpes, la desnudaron, le afeitaron la cabeza, la obligaron a beber detergente, aceite vegetal y orina. También fue obligada a ingerir heces fecales.

Incluso, la forzaron a escribir una nota de suicidio, como una manera de librarse de toda culpa. Luego, procedieron a quitarle la vida.

La apuñalaron en varias ocasiones en el abdomen, pecho y cuello. Ataron el cuerpo con luces de Navidad y lo introdujeron en un cubo de basura que abandonaron en un estacionamiento, informó CBS Pittsburgh.

Los 6 responsables fueron arrestados y actualmente se encuentran cumpliendo sus respectivas penas. Melvin Knight y Ricky Smyrnes fueron los únicos condenados a muerte.