La noche del 23 de mayo de 1997, Daphne Abdela y Christopher Vasquez estaban sentados en un banco en Central Park, Nueva York. Habían consumido drogas y alcohol, como habitualmente lo hacían.

A pocos metros, Michael McMorrow (44) merodeaba la zona. Los adolescentes de 15 años, que además eran pareja, se acercaron a él y le ofrecieron compartir cervezas, lo que el hombre aceptó.

El agente inmobiliario acostumbraba a pasear de noche por el lugar junto a sus amigos. Sin embargo, ese día decidió hacerlo solo.

Daphne fijó su mirada en él, pensando que sería un blanco fácil. “Voy a matar a alguien”, le había dicho horas antes a Christopher, consignó The Offbeat.

Los hechos

Una vez en el lugar, sacaron cuchillos y empezaron a apuñalar al hombre. “Córtalo de oreja a oreja”, le ordenó la joven, a lo que Christopher obedeció, casi cortándole la cabeza.

Luego, la pareja le cortó las manos, la nariz y, posteriormente, fue destripado y arrojado al lago que a menudo admiraba. “Es un gordo, se hundirá”, bromeó Daphne. 

Michael fue apuñalado más de treinta veces en la cara, el cuello, el pecho y el estómago. Varias de las heridas habían sido infligidas después de su muerte, informó New York Daily News.

Una llamada clave

Con el objetivo de jactarse de su crimen, la niña llamó a la policía para avisar que había visto un cuerpo flotando en el lago de Central Park.

Daphne pensaba que se trababa de una llamada anónima sin ninguna consecuencia, sin embargo, se transformó en la pista decisiva para arrestarla.

La policía rastreó de inmediato y ubicó fácilmente a la joven en un departamento cercano al lugar donde fue encontrado el cuerpo.

Cuando llegaron al inmueble, encontraron a los dos jóvenes limpiándose los restos de sangre en la lavandería del departamento, donde fueron arrestados.

Los celos

Al ser interrogados, Daphne culpó a Christopher del macabro crimen, diciendo que había matado a Michael por celos. Días después, confesó lo que realmente ocurrió.

Se declaró culpable, revelando que ella también había agredido a Michael, pero nunca con la intención de asesinarlo y que, además, su participación había sido secundaria.

Ambos adolescentes fueron puestos en libertad condicional en enero de 2004, tras cumplir una pena de 6 años de prisión por homicidio involuntario.