En temas de crianza hay muchas opiniones respecto a varios temas, siendo uno de ellos cómo hacer que los hijos sean personas exitosas a futuro.

Los padres quieren lo mejor para sus retoños y les resulta gratificante verlos triunfar. Sin embargo, algunos consejos para lograr esta meta pueden resultar contraproducentes.

En este contexto, la doctora y terapeuta Emma Seppälä detalló en la revista Psychology Today los 6 peores consejos que los padres le pueden dar a sus hijos y sus razones.

1. “Enfócate en el futuro. Mantén tus ojos en la meta”

“Deberíamos decirles: ‘vive (trabaja) en el momento'”, comentó la especialista.

¿La razón? Seppälä indicó que “una mente que está constantemente tratando de concentrarse en el futuro, desde obtener buenas calificaciones hasta postularse a la universidad, será propensa a una mayor ansiedad y miedo“.

“Si bien un poco de estrés puede servir como motivador, el estrés crónico a largo plazo daña nuestra salud y nuestras facultades intelectuales, como la atención y la memoria. Como consecuencia, concentrarse demasiado en el futuro puede afectar realmente nuestro desempeño”, explicó.

Pexels (CC)
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“Es bueno para los niños tener metas por las que trabajar. Pero en lugar de alentarlos a que siempre se concentren en lo que sigue en su lista de tareas pendientes, ayúdalos a mantenerse enfocados en la tarea o conversación que tienen entre manos”, agregó.

Fernando Marchant, psicólogo de Vidaintegra, concuerda con Emma en este punto. “Es bueno proyectarse en el futuro, pero siempre en el bienestar, más que en esa frase negativa o pensamiento catastrófico”, expresó a Página 7.

2. “El estrés es inevitable, no dejes de esforzarte”

Deberíamos decirles: relájate (…) Recomiendo que los padres enseñen a los niños las habilidades que necesitarán para ser más resilientes frente a eventos estresantes”, señaló la psicóloga.

En esta línea, Seppälä apuntó que si bien no podemos cambiar las demandas laborales o de la vida, se puede recurrir a técnicas de meditación para manejar la presión.

“Estas herramientas ayudan a los niños a aprender a aprovechar su sistema nervioso parasimpático de “descansar y digerir”, en contraposición a la respuesta al estrés de “luchar o huir”.

Marchant, por su parte, destacó que si bien el estrés es una energía que mueve, pues desencadena una acción, es crucial que este nivel de tensión no sea a gran escala, ni a un grado donde se perturbe la realización de una tarea.

“Es importante plantearles a los niños que el estrés es un vehículo que lleva a la acción, pero que no está ajeno a un tiempo de relajación para recuperar fuerzas”, acotó.

3. “Mantente ocupado”

La especialista detalló en este punto que, en vez de esta frase, se le puede decir a los niños “disfruten de no hacer nada”, agregando que “en lugar de programarlos demasiado, deberíamos apartar tiempo en el que pueden estar por su cuenta”.

“El punto no es que nunca debamos desafiarlos o que debamos privarlos de oportunidades de aprendizaje. Es no sobreprogramarlos y comprometerlos hasta el nivel de que no tengan la oportunidad de aprender a jugar de forma independiente, de soñar despiertos, de aprender a ser felices simplemente estando en lugar de siempre haciendo”, añadió.

En tanto, Marchant destacó que “para poder desarrollar, crear e inventar se necesita reposo, descanso, el ‘no hacer nada'”.

“No contar con este espacio va a generar más tensión y estrés, lo que puede perjudicar su rendimiento mental y emocional, perturbando las relaciones con las personas. Es muy necesario no estar con la mente en constante ocupación”, aseguró.

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4. “Aprovecha tus fortalezas”

Emma recomendó que los padres no le den este consejo a sus hijos y que, en su lugar, digan “aprende de tus errores y crece”, agregando que esto puede generar un gran impacto en ellos.

“Cuando un niño recibe elogios principalmente por ser atlético, por ejemplo, es menos probable que quiera salir de su zona de confort y participar en un club de teatro. Esto puede hacerlos más ansiosos y deprimidos cuando se enfrentan a fallas o desafíos ¿Por qué? Porque creen que, si encuentran obstáculos en un área determinada, eso los hace ‘no buenos’ en la actividad“, explicó.

“Nuestros cerebros están conectados para aprender cosas nuevas. Y solo puede ser bueno aprender de nuestros errores cuando somos jóvenes. Entonces, en lugar de identificar las fortalezas de su hijo, enséñale que realmente puede aprender cualquier cosa, siempre y cuando lo intente“, añadió.

Sobre este punto, el psicólogo de Vidaintegra comentó que es importante que los padres le enseñen a sus hijos la importancia de equivocarse y reconocer que son ignorantes en ciertos temas.

“Creo que está mal llamarlos ‘errores’, porque son los ladrillos que construyen la obra final. Debiésemos referirnos a ellos como ‘eslabones que nos llevan al éxito’, los cuales pasan por ensayos y equivocaciones”, acotó.

5. “Conoce tus debilidades y no seas suave”

Deberíamos decirles: trátate bien. Tendemos a pensar que la crítica es importante para la superación personal. Pero si bien la autoconciencia es relevante, los padres a menudo enseñan a sus hijos a ser demasiado autocríticos sin darse cuenta“, relató la especialista.

Seppälä indicó que la autocrítica podría ser incluso un autosabotaje para los hijos, disminuyendo la confianza en sí mismos, provocándoles miedo al fracaso y propensos a rendirse fácilmente.

Por lo mismo, Marchant indicó que es clave que los niños se traten bien a sí mismos. Esto les permitirá cultivar una buena autoestima y formar un autoconcepto positivo respecto a las personas que son.

Pexels (CC)
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“Los padres deben alentar a los niños a desarrollar actitudes de autocompasión, tratándose a sí mismos como lo harían con un amigo en momentos de fracaso o dolor. Esto no significa que tus hijos deban ser autoindulgentes o no sufrir consecuencias cuando se equivocan. Simplemente significa que aprenden a no castigarse a sí mismos”, agregó la psicóloga.

6. “El mundo es una jungla, así que cuídate de las personas alfa”

“Deberíamos decirles: muestra compasión hacia los demás (…) Tener relaciones positivas con otras personas es esencial para el bienestar, lo que a su vez influye en nuestras habilidades intelectuales y en el éxito final”, detalló Emma.

La especialista indicó que es importante fomentar los instintos naturales de los niños, para que así se preocupen por los sentimientos de otras personas y se pongan en el lugar de los demás.

“Es cierto que es un mundo difícil. Pero sería mucho menos difícil si enfatizáramos menos la competencia feroz y le diéramos más importancia a aprender a llevarse bien”, concluyó.

En esta línea, Marchant añadió a este concepto de empatía la “integración”, indicando que es clave que los padres le expliquen a los niños que en la vida hay cosas positivas y otras negativas, pero que estas no son mutuamente excluyentes, sino que se pueden incluir en un “todo”.

Por último, el profesional advirtió que si siempre se está a la defensiva, podemos tener problemas para crear relaciones o perder interacciones valiosas y necesarias para la convivencia.