El escándalo mediático involucra a tres argentinos: la modelo Wanda Nara, su marido, el futbolista Mauro Icardi, y la actriz María Eugenia Suárez, conocida en nuestro país por su relación con Benjamín Vicuña (de quien se separó hace poco tiempo).

Durante el fin de semana, Nara utilizó las redes sociales para enviarle un mensaje a la ‘China’: “Otra familia que te cargaste por zorra” (sic). Esto porque habría descubierto el intercambio de mensajes entre ella y su esposo al revisar el celular de este último, revelando una infidelidad que la llevó a terminar el vínculo matrimonial.

Si se reconcilian o no, lo cierto es que la prensa argentina no ha parado de juzgar en portales y programas de televisión a María Eugenia, apuntándola como la principal responsable en el asunto, sin cuestionar el comportamiento inadecuado del delantero del PSG.

“Estos titulares y enfoques son violentos porque lo que hacen es estigmatizar a las mujeres y hacerlas competir. Ayuda a transmitirnos esta idea de una rivalidad tóxica e histórica, que al final nos cataloga en dos estereotipos: vírgenes o vampiresas“, explicó a Página 7 Karen Vergara Sánchez, investigadora y consultora en género, tecnología y cultura de la Universidad de Chile, y parte de Amaranta, una ONG feminista.

“Este tipo de tratamiento también se aplica mucho a víctimas de violencia en titulares y medios de comunicación. Se juzga distinto a una mujer que sufre un ataque por la noche, durante una fiesta, versus la que estaba en su hogar, o iba camino al colegio o el trabajo. Eso se perpetúa en los medios en América Latina, lamentablemente”, añadió.

En esa línea, revisando el caso, explicó que “siguen utilizándose términos como ‘zorra’ o ‘robamaridos’, porque hay una cultura que todavía fomenta ese trato denigrante hacia las mujeres, culpándolas de los deslices de los hombres, y haciéndolas responsables de que ellos engañen a sus parejas”.

“Los medios de comunicación son una caja de resonancia, y si se expresan mal de las mujeres, lo que hacen es reproducir la violencia simbólica, más allá de que ella sea una mujer conocida. La forma en que se ha abordado el tema posiciona a María Eugenia Suárez como un ente destructor de la familia, lo que para la sociedad latinoamericana es algo muy fuerte”, advirtió también Priscila González, magíster en estudios de género y cultura, con mención en Ciencias Sociales, y docente adjunta de la Universidad de O’Higgins.

Enfoque religioso y el hombre inocente

Usualmente, los hombres nunca son el foco de atención de estas noticias, siempre son ellas. “Se habla de la que se terminó separando, o de la que tuvo injerencia en este término, y en el fondo sigue la idea de la mujer en dos márgenes: para casarse o para divertirse“, indicó Vergara.

“Lamentablemente, es una cultura instalada en el continente, proviene mucho del catolicismo y la religión, y del concepto que se tiene todavía sobre las mujeres y sus cuerpos”, agregó.

Además, las involucradas en este escándalo en particular son actrices y modelos, “mujeres que históricamente han trabajado con su imagen y lo que expresan. Usualmente eso es muy mal mirado por la sociedad a la hora de juzgarlas por su vida privada”, reflexionó la especialista.

Para erradicar el uso de estas terminologías, es importante que entendamos que no se trata de una competencia, y que cualquier tipo de juicio que hagamos también interfiere en cómo percibimos el mundo a nuestro alrededor.

“En este caso, la misma experiencia tiene que ver con lo estigmatizante que es terminar un matrimonio, empezar una nueva vida, ser la mujer soltera o separada, etcétera. Lo principal es entender que las mujeres no somos pobrecitas, por un lado, y por el otro tampoco somos las culpables de todos los males de la humanidad“.

“En este caso hay un hombre que tomó una decisión, que hizo algo y tiene que hacerse cargo de eso, no dejar que los medios de farándula y las noticias se enfoquen solo en ellas. Se sigue apuntando al hombre como un ente que no tiene culpa ni poder de decisión, y eso es bien histórico también”, criticó Karen.

A lo largo de la historia, distintos filósofos y teóricos han hablado del hombre como un ser capaz de conformar la sociedad, pero por otro lado es débil frente a sus instintos. “Ahí la mujer aparece como lo fácil, lo tentador, que incita a este sujeto para salirse del camino. Eso es una construcción muy machista de la sociedad. Está presente la misoginia, el amor romántico, cómo se abordan las relaciones de pareja y que hasta el día de hoy este tipo de cosas sean noticia dice mucho también de cómo estamos viviendo a nivel de sociedad”, indicó.

Por último, señaló que para mejorar la perspectiva de género al abordar estos casos, lo principal sería entender que “terminar una relación o iniciar otra, tener una aventura, etcétera, no debería ser noticia porque es parte de la vida privada de cada persona”. Sin embargo, considerando que los temas de espectáculo siguen siempre muy vigentes, lo más importante al publicarlos es no divulgar datos íntimos ni hacer juicios de valor.

“Tratar de tener todas las visiones del caso, no centrarse siempre en la mujer, y no estigmatizar ni poner apodos o calificativos“, concluyó la investigadora.