A inicios del siglo XX, la Primera Guerra Mundial horrorizó a gran parte del planeta por un enfrentamiento que jamás se había visto, donde la represión contra la población civil era pan de cada día.

Una de las víctimas de dicha violencia fue la británica Edith Cavell, quien se convirtió en todo un símbolo patriota debido a su cruel muerte a los 49 años.

Nacida en Swardeston, Norwich, Inglaterra, el 4 de diciembre de 1865, fue la mayor de cuatro hermanos, por lo que tuvo que hacerse cargo de su padre, quien sufrió una larga agonía, siendo este uno de los principales factores que la incentivó a estudiar enfermería en el Royal London Hospital, consignó National Geographic.

Sin miedo a la muerte

Convertida en una de las primeras trabajadoras de la salud en dicha época, con ya una década de experiencia, emigró a Bélgica en 1907 para desempeñarse como matrona, siendo toda una pionera.

Sin embargo, todo cambió con el comienzo de la Primera Guerra Mundial en 1914. Aunque las balas y las explosiones no asustaron a Cavell, ya que en medio del combate armado, se dedicó a atender a soldados heridos.

Tras su cercanía con el servicio secreto británico MI6, la profesional se convirtió rápidamente en una importante agente durante el conflicto. Así lo describió el escritor Nicholas Rankin en uno de sus libros, donde comentó: “Cómo la astucia ayudó a los británicos a ganar dos guerras mundiales”, recogió La Nación.

Sin miedo a la muerte, la enfermera participó en el frente aliado ayudando a soldados a escapar de Bélgica a los Países Bajos, mediante una efectiva red que organizaba la evasión de las tropas a territorios neutrales.

Una dura condena

Pese a su impecable labor, espías alemanes descubrieron a Edith junto a su equipo, siendo posteriormente acusada de violar las leyes impuestas por las tropas enemigas, resultando detenida el 3 de agosto de 1915, para luego ser encarcelada en la prisión de Saint-Gilles, donde esperó por dos meses su juicio, puntualizó El País.

En dicha instancia, ella admitió los cargos, por lo que fue condenada a la pena capital, quedando fuera de la protección de la Convención de Ginebra por su profesión.

A las 7 de la mañana del martes 12 de octubre de 1915, la destacada agente británica fue ejecutada por un pelotón de fusilamiento alemán.

El patriotismo no es suficiente y no debo tener odio ni amargura hacia nadie. He visto la muerte tan a menudo que no es algo extraño ni temeroso para mí”, fueron sus últimas palabras, informó Infobae.

“El uso de la muerte de Edith Cavell”

Su muerte encendió la llama de los aliados contra los alemanes, utilizándola como estímulo para el ingreso de nuevos soldados, aumentando entre 5.000 a 10.000 el número de reclutas incorporados semanas después del deceso.

“La Primera Guerra Mundial fue la primera vez que se utilizó la propaganda como arma de guerra. Comienza muy temprano con el avance alemán a través de Bélgica y se centra en los atropellos percibidos por los alemanes. Es en esta atmósfera donde se aprecia el uso de la muerte de Edith Cavell”, reflexionó Laura Clouting, historiadora del Imperial War Museum, a la BBC.

Finalmente, el cuerpo de la enfermera fue exhumado en 1919, para luego ser devuelto a su natal Inglaterra, donde se sepultó con todos los honores correspondientes.

El fusilamiento de Edith Cavell | La Nación
El fusilamiento de Edith Cavell | La Nación