En el marco de los efectos de la dependencia emocional y problemas de autoestima, un concepto que ha aparecido en el último tiempo es el llamado síndrome de la Cenicienta.

Según detalló la psicóloga Mar Araujo al portal español ABC, este se refiere “a cuando una mujer tiene miedo a ser y vivir de forma independiente y autónoma”.

La profesional señaló que en el síndrome de la Cenicienta, las mujeres “con un alto grado de dependencia emocional y económica” sienten que necesitan ser protegidas y, por lo tanto, buscan esa seguridad en una pareja.

“Depositan su estabilidad psíquica en la formalización de una relación. Este complejo les lleva a idealizar a la pareja como ‘su príncipe azul’, y se sienten frustradas cuando detectan algún error o defecto en su pareja”, explicó.

Por su parte, Fernando Marchant, psicólogo de Vidaintegra, señaló que si bien el síndrome de la Cenicienta está enfocado principalmente en mujeres, esta es una condición —desde un punto de vista clínico— “que no distingue género”.

El especialista indicó que se trata de una “personalidad que está sujeta a carencias”, que puede radicar en problemas de dependencia y/o inestabilidad emocional, lo que provoca que busque en otra persona el sustento que carece.

Marchant detalló que los efectos a nivel personal del síndrome de la Cenicienta son, principalmente, la pérdida de independencia total y requerir, en este caso, de una pareja que le proporcione seguridad.

“No genera la complementariedad de una relación amorosa, sino que una sumisión frente a la pareja”, comentó el psicólogo.

Señales del síndrome de la Cenicienta

Fernando Marchant detalló diversas conductas que pueden ayudar a identificar el síndrome de la Cenicienta.

1. Dependencia emocional frente a otra persona.

2. Inseguridad y desvalorización de uno mismo.

3. Baja autoestima.

3. Búsqueda de seguridad total, ya sea económica, social o conductual, en otros.

4. Falta de firmeza frente a la vida.

5. Miedo a estar solos o a que nos abandonen.

¿Cómo se supera?

El psicólogo señaló que, debido a la pérdida de autoestima y autoconcepto para desarrollarse de manera personal en la vida, es fundamental reivindicar el “instinto personal”.

Lo anterior tiene relación con recordar que la persona cuenta con las capacidades y recursos para enfrentar la vida, lo cual le irá abriendo caminos que le permitirán sostenerse a sí misma, sin ayuda de nadie.

Marchant indicó que culturalmente, de manera errónea, se ha privilegiado al hombre con el rol de protector o de líder. Sin embargo, actualmente se busca que exista una equidad en estos papeles.

Por último, el experto explicó que este síndrome de la Cenicienta se puede superar también con trabajo de “autovaloración y de autoestima, como también reunirse en ambientes propicios para el desarrollo personal, y no en los que lo coarten o limiten”.