Pese a que las restricciones sanitarias han comenzado a relajarse en el mundo, la pandemia del coronavirus aún está lejos de desaparecer completamente.

Un ejemplo claro sucede en el Bradford Royal Infirmary, un hospital ubicado en el centro de Inglaterra, donde se aprecia un aumento considerable de infectados con COVID-19.

“Aproximadamente la mitad de los pacientes en la sala hoy no recibió la vacuna. Dejé de preguntarles por qué, ya que claramente están avergonzados“, relató el doctor Abid Aziz, según consignó The Sun.

La aparición de la variante Delta ha sido un factor importante para la propagación del virus, incrementando la cantidad de contagiados, de los cuales la mayoría tiene entre 30 y 40 años en el país europeo.

“Algunos recibieron las dos dosis y, por lo tanto, tuvieron la enfermedad más leve: están vivos con CPAP (sistema mecánico de administración constante de presión en la vía aérea), sin la vacuna probablemente estarían muertos“, alertó el especialista.

Además, informó que “otros acaban de recibir su primera dosis, por lo no están completamente protegidos. Es preocupante que aproximadamente la mitad de los pacientes que hay hoy en la sala no hayan sido vacunados”.

“Estoy encantado de estar vivo”

En ese contexto, un profesor de ciencias con dos hijos pequeños, identificado como Abderrahmane Fadil, dio la vuelta al mundo por su desgarrador relato.

El hombre de 60 años confesó que desconfiaba de las vacunas debido a la velocidad con la que se estaba implementando, por lo que decidió no recibir las dosis, lo cual ahora se arrepiente.

Durante nueve días, el docente estuvo en cuidados intensivos. “Estoy encantado de estar vivo”, dijo.

“Mi esposa se puso la vacuna. Yo no, era reacio. Estaba haciendo tiempo pensando que ya había convivido con virus, bacterias y que mi sistema inmunológico era lo suficientemente bueno. Tuve síntomas de COVID-19 al comienzo de la pandemia y pensé que tal vez ya la había pasado, que mi sistema inmunológico reconocería el virus y tendría defensas”, indicó.

Finalmente, agregó que “este fue el mayor error de mi vida. Casi me cuesta la vida. Tomé muchas decisiones tontas, pero esta fue la más peligrosa y grave”.

“Me gustaría poder hablar con cada una de las personas que se niega a ponérsela, y decirles: ‘Miren, esto es una cuestión de vida o muerte. ¿Quieres vivir o morir? para vivir, entonces ponte la vacuna'”, cerró Fadil, quien dejó el hospital hace casi un mes, pero que aún no se siente totalmente recuperado.