¿Has visto alguna vez a tu perro lamerse los genitales? Problablemente sí, y en reiteradas oportunidades. Si crees que lo hacen por placer, estás muy lejos de la realidad.

Sergio Martínez, veterinario y etólogo, reveló que el lamido de los perros en sus partes, tiene que ver con una conducta de “acicalamiento normal o de higiene en los genitales”, pero existen algunas señales a las que hay que poner alerta, como por ejemplo, la frecuencia.

¿Cuáles son estas? Si la frecuencia es alta, se descama pelo o enrojece la piel. “Un lamido moderado también puede esconder problemas de aburrimiento o estrés”, señala el especialista, consignó el Huffington Post.

Además, Martínez dejó en claro que “una conducta compulsiva nunca será normal. Si la frecuencia es elevada, produce enrojecimiento de la piel o corta el pelo, probablemente tengamos una causa subyacente que deberemos investigar”.

Si bien se puede pensar que una de las causas más probables de este comportamiento sea una infección urinaria, lo cierto es que para eso también tendría que haber otros factores, como aumento en las zonas de micción de las mascotas, como también signos de nerviosismo y una orina más turbia y pestilente.

Otra alternativa es que se deba a infecciones cutáneas, alergias, hongos e incluso la clásica presencia de pulgas, aunque el experto recomienda que ante un aumento en el lamido de los perros, lo mejor es consultar con un veterinario.

“En algunos casos el lamido puede ser un problema de conducta, por estrés o psicógeno. En este caso necesitará ser tratado por un etólogo”, señala.

¿Y si lame a otro perro?

También existen animales que tienen la costumbre de lamer a sus compañeros. Si bien esto no representa mayor riesgo, hay que estar atentos a que el otro animal sea de confianza.

“Aunque la conducta de acicalamiento cruzado es más frecuente en gatos, un perro también puede lamer a otro miembro de su familia como una forma de afecto. Si son dos animales del mismo hogar con buena salud y vacunados no supone un riesgo significativo”, afirma Martínez.

Eso sí, hace hincapié en la peligrosidad que implica otras zonas donde un perro puede lamer: “En general debemos impedir el lamido de la zona alrededor del ano de otros perros, pues muchos parásitos ubican sus huevos en esta zona y puede producirse un contagio”, sentencia.