Rocío Lamich estuvo dos semanas en coma en el Hospital de Antofagasta, y debió ser intubada cuatro veces producto de una neumonía por COVID-19.

Ante el complejo panorama que enfrentaba, la mujer de 40 años decidió grabarle videos a su pequeño hijo Gaspar, de un año y ocho meses, en caso de que no volviera a verlo.

Según contó a Las Últimas Noticias, todo comenzó el pasado 2 de abril, cuando su asesora del hogar presentó síntomas de resfrío y dos días después las cosas se agravaron cuando ella y su hijo se contagiaron de COVID-19.

El 13 de abril la mujer fue internada y posteriormente los médicos del Hospital de Antofagasta le informaron que debían intubarla. En ese momento sintió el miedo de no regresar.

“Le dejé videos a mi bebé para que los viera más grande y le mandé muchos audios a mi abogada para que todo quedara en orden”, expresó. “Me puse en modo sobrevivencia”, admitió.

Reencuentro

Afortunadamente y contra todo pronóstico, Lamich despertó del coma. Tras 21 días, el pasado sábado por fin se pudo reencontrar con su hijo en la casa de su hermano, en Buin, quien lo estaba cuidando.

“Creamos un plan, la idea era que yo no me apareciera de repente al niño porque se podía asustar. Nuestro norte fue que no lo afectara más de lo que ya lo había afectado la separación conmigo”, explicó la cosmetóloga.

“Le dije a mi hermano que cuando llegáramos, él lo entretuviera un rato y luego le dijera que iban a llamar a la mamá por video”, como lo estaban haciendo desde que ella estaba en el hospital. “Yo me iba a quedar afuera y así iba a ser más paulatino”, contó Rocío.

A las 14.30 horas ejecutaron el plan. “Fue tan emocionante, porque la última vez que le hablé fue cuando grabé los videos y no sabía si iba a vivir. Y ahora lo tenía en mis brazos de nuevo”, recordó.

A Gaspar siempre le contaron la verdad de lo que estaba pasando con su madre. Sus cuñados se asesoraron con una psicóloga, quien les dijo que debían explicarle que estaba enferma, que le mostraran fotos y le dijera que iba a volver.

“Está mucho más grande, como que de repente pasó de guagua a niño, yo creo que por lo que le tocó vivir, porque para él fue muy fuerte que de un día para otro no estuviera su mamá”, sostuvo.

“Ahora parece un viejo chico, todo lo que le dices lo entiende, le pides algo y te lo trae, si hasta se queda quietecito cuando le colocas la ropa”, relató.