Lindsey Abbuhl engañó durante años a la comunidad de Canton, Ohio (Estados Unidos), inventando que su hija de 11 años estaba enferma y condenada a la muerte.

Conmovido por la situación, la mujer de 34 años le pidió a un amigo ayuda para crear diversas iniciativas de recaudación de fondos en la plataforma GoFundMe, en las que exponía los difíciles y costosos tratamientos que debía seguir su hija Rylee Abbuhl.

Entre las terapias que debía seguir la niña, se incluía ayuda para que lidiera con su muerte de la mejor forma, además de medicinas y otros tratamientos enfocados más bien en su calidad de vida que en la cantidad, ya que su diagnóstico era terminal.

Fue el 2019 que Lindsey aseguraba que la niña padecía una rara enfermedad que afectaba su sistema nervioso central.

enfermedad terminal
Captura | GoFundMe

Se llevaron a cabo eventos de caridad, fueron invitados de honor en un juego de softbol de Texas A&M, y solo una de las iniciativas de recaudación de fondos le permitió recibir 4.500 dólares (más de tres millones de pesos), según consignó el medio británico Daily Mail.

El engaño continuó hasta este año, cuando los equipos de fútbol americano de las Universidades de Malone y Walsh organizaron un evento benéfico que recaudó más de 15 mil dólares (unos 10 millones y medio de pesos). En ese entonces su madre aseguró que a Rylee “le quedaban dos meses de vida”.

Rylee incluso habría comenzado a pedirles a sus amigos que fueran portadores del féretro en su funeral.

Mentira al descubierto

El engaño quedó al descubierto este viernes, cuando un tribunal informó que no habían encontrado evidencia alguna de enfermedad en la niña.

Fue el padre de Rylee, Jaime Abbuhl, quien vive en otra ciudad tras separarese de Lindsey, el que señaló que nunca había tenido acceso a los exámenes de salud de su hija, y que dudaba mucho de que estuviera enferma o se fuera a morir.

Tras esta denuncia, distintas entidades que habían donado dinero a su causa, le pidieron explicaciones a la madre de la niña y le exigieron compartir los informes médicos de la pequeña, a lo que ella también se negó.

Finalmente, la policía de Canton inició una investigación que determinó que la enfermedad de la niña nunca existió.

La denuncia de negligencia y abuso fue presentada por Servicios para Niños ante un Tribunal de Familia, y allí se señala que la mujer “ha estado utilizando la ‘condición médica’ de Rylee para obtener fondos para viajes, alojamiento y otros gastos durante los últimos años“.

Con esta información, la madre tuvo que acceder a la revisión de registros médicos, los que confirmaron que la niña estaba sana y “no había evidencia que apoye la afirmación de la madre de que la niña tiene una enfermedad terminal”.

Tras esto, el tribunal le quitó la custodia de Rylee a la mujer y se la otorgó a su padre, Jamie. Asimismo, se inició una investigación penal contra la mujer.