A la fecha, son varios los casos de PIMS que se han reportado a lo largo del país. Este Síndrome Inflamatorio Multisistémico Pediátrico ha puesto en alerta a la población, pues aunque al principio de la pandemia se decía que el COVID-19 no afectaba mayormente a los niños, esta infección posterior al contacto con el virus sí pone en riesgo sus vidas.

Pablo Cruces, médico residente de la Unidad de Paciente Crítico Pediátrico en el Hospital El Carmen, de Maipú, conversó con Página 7 sobre el caso de Emilia Cifuentes, una pequeña de 2 años que ingresó a urgencias en noviembre del año pasado, y que gracias a la gestión del equipo, logró vencer -no sin varias dificultades- un cuadro muy grave.

Sin embargo, en esa misma entrevista el doctor destacó que durante 2020 identificaron a personas mayores que habían hecho la misma complicación que esta niña, aunque no fueran pacientes pediátricos.

Hemos visto que algunos adultos han desarrollado un estado inflamatorio persistente post COVID. Recuerdo algunos pacientes muy graves en la primera ola, antes de que se hablara del PIMS, y estoy seguro de que tuvieron lo mismo. Ninguna diferencia. Eran los mismos síntomas, las mismas alteraciones de laboratorio, las mismas complicaciones y disfunciones orgánicas“, advirtió.

Hospital El Carmen
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Hiperinflamación

En esta segunda ola, dice, lo han visto mucho más seguido: el doctor señaló que ha visto ingresar a ventilación mecánica a pacientes entre 15 y 30 años.

“Son jóvenes, pero su comportamiento es mucho más parecido al de un niño. No se presenta tanto la neumonía COVID, sino que a veces la pueden desarrollar, pero después empiezan a hacer un estado hiperinflamatorio persistente, que tiene varios nombres. Lo más universal es el PIMS, como se conoce ahora, pero también aparece mencionado como Kawasaki-like en otros reportes”, explicó.

Cuando se observa la llamada ‘tormenta de citoquinas’, sea en niños o adultos, es idéntico. “No estamos hablando de una enfermedad distinta”, explicó Cruces, quien además es profesor de la Facultad de Ciencias de la Vida de la Universidad Andrés Bello.

La plasmaféresis, procedimiento que permitió salvar la vida de Emilia Cifuentes, se aplica en el Hospital El Carmen desde sus inicios, y así como funcionó con la pequeña, también ha solucionado situaciones graves con adultos.

“Luis, un paciente cercano a los 55 años, presentó toda esta sintomatología antes que Emilia, y el mismo tratamiento le permitió recuperarse y retomar su vida normal”, recordó el doctor.

Después de esas dos experiencias, vinieron más pacientes con lo mismo: alteraciones en los exámenes de laboratorio tras haber existido un contagio de coronavirus.

“Si uno ve los reportes de los colegas de adultos, donde mencionan por qué mueren los pacientes COVID, muchos fallecen por esta condición inflamatoria, por esta ‘tormenta de citoquinas’, y algunos de ellos puede que sean rescatables con plasmaféresis”, añadió el especialista.

Lo más complejo es que, cuando presentan estas complicaciones posteriores, el test PCR ya no arroja positivo, así que no se les da la misma prioridad que a un paciente contagiado de coronavirus. Lo que hay que hacer en esos casos es demostrar que hubo un contacto previo con algún contagiado.

PIMS adultos Hospital Maipú
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Dificultad en el diagnóstico

No siempre va a ser tan obvio el diagnóstico. Según Pablo Cruces, se asemeja a una falla orgánica, y puede confundir a cualquiera. “No es que los colegas no estén preparados, sino que es complejo de identificar. Baja de linfocitos en la sangre, ecocardiografía alterada, inflamación general… es una serie de hallazgos inespecíficos. Muy pocos pacientes tienen un diagnóstico tan evidente desde el primer momento“, advirtió el doctor en la entrevista.

La edad promedio del paciente con PIMS es de niños en etapa escolar, y generalmente son sanos. Lo mismo ocurre con los adultos, que al no tener preexistencias, suelen complicarse después de haber tenido el virus, y no durante.

“Alguien que tiene enfermedades de base probablemente hará neumonía por COVID. Quien puede montar esta respuesta inflamatoria vigorosa es porque tiene un sistema inmune totalmente sano, y su reacción pasa a ser una respuesta desregulada. La gran mayoría de los pacientes que hacen este síndrome son preescolares o escolares sanos”, fue la explicación del especialista, quien añadió: “Nosotros estamos viendo lo mismo en pacientes de 20, 30 y 40 años. Incluso de 50, sobre todo cuando son personas muy sanas antes de contraer coronavirus”.

Por último, el profesional de la salud fue enfático al decir que “el mensaje más importante es que la población se cuide. Podemos tener la posibilidad de hacer un tratamiento exitoso, pero si tenemos la urgencia llena y el personal colapsado, no podremos ingresar al paciente”.

La falta de control de la enfermedad reduce la capacidad de los centros de salud, y así como ocurre en el hospital de Maipú, muchos otros centros médicos están llenos de personas contagiadas y conectadas a ventilación mecánica.

“Aunque tengamos claro lo que hay que hacer, podemos no tener el espacio físico para hacerlo. Más que una terapia de rescate, es importante mantener las medidas de prevención y el autocuidado“, concluyó el doctor.