Bares abiertos, filas para ingresar al cine y gente sin mascarilla, son parte del panorama que se vive en Australia, uno de los pocos países del mundo que ha logrado frenar el contagio de COVID-19.

“Hoy tenemos seis días con cero casos”, dijo el ministro australiano de Salud, Greg Hunt, a fines de enero pasado. Asimismo, actualmente los contagios varían en un promedio de 10 a la semana (este miércoles se registraron 14).

Cabe señalar que Australia no ha llegado a los 1.000 muertos, con una población de 25 millones de personas (Chile registra cerca de 24 mil fallecidos por COVID-19).

Pero, ¿Cómo lograron este resultado positivo? Mary-Louise McLaws, epidemióloga de la Universidad de Nueva Gales del Sur especializada en control de enfermedades infecciosas y consejera de la Organización Mundial de la Salud, señaló al diario El País, que “el éxito se basa en la aplicación más estricta de las medidas de contención y control”.

“El cierre de fronteras internacionales, los confinamientos y restricciones de movilidad, el respeto por mantener la distancia social y la cantidad de test realizados a la población”, describe sobre las claves de este plan.

Cierre de fronteras desde el inicio de la pandemia

Después de dos meses que apareciera el primer caso de COVID-19 en el mundo, el gobierno australiano decidió elaborar un plan para evitar la propagación del virus.

Por ese motivo, el 19 de marzo del 2020 Australia decidió suspender el 60% de los vuelos nacionales y la totalidad de los internacionales (cierre de fronteras).

“Diría que ese fue el aspecto más importante, porque permitió a las autoridades detectar los focos y combatirlos”, destaca McLaws.

Cabe señalar que recientemente anunciaron que se extenderá hasta junio el cierre de sus fronteras. “La situación en el extranjero por el COVID-19 sigue implicando un riesgo inadmisible para la salud pública en Australia, sobre todo ante la emergencia de variantes más contagiosas”, admitió el ministro de Salud.

AFP
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Restricciones en algunos estados

De igual forma, la organización federal permitió que algunos Estados de Australia cerraran sus fronteras para evitar la expansión del virus desde zonas con mayores casos detectados.

Por ejemplo, el estado de Queensland prohibió el paso durante 42 días para quienes vinieran de Nueva Gales del Sur. “Todo aquel que quisiera pasar tenía que pedir una exención y presentarla en el paso fronterizo”, detalló la experta.

“La eficacia de las medidas depende de que la comunidad comprenda, acepte y siga los consejos de salud pública”, destacan a través del ministerio de Salud australiano.

Cabe señalar que el plan monitorea si el público se está adhiriendo a las normativas de salud, incluidas las actitudes de la comunidad, los movimientos de transporte y tráfico.

Ayudas económicas

Con el propósito de amortiguar el impacto de la pandemia en la economía, el Gobierno creó el programa Jobkeeper, era evitar despidos masivos en las empresas.

Asimismo, desde abril de 2020, cualquier empresa en Australia que presente una caída del 30% en sus ingresos en comparación al año anterior, recibirá una subvención por cada uno de los empleados que mantiene en plantilla.

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Problemas con la vacunación

Sin embargo no todo ha funcionado bien en Australia. Según señaló el primer ministro Scott Morrison, el país está muy por debajo de sus expectativas de vacunación.

La autoridad atribuyó la falta de dosis, a las restricciones a la exportación impuestas por la Unión Europea.

Según estadísticas oficiales, sólo se administraron 670.000 vacunas, mientras que el gobierno se había fijado alcanzar a finales de marzo un objetivo de 4 millones de dosis.