Aunque suene curioso, existen personas a las que les da miedo ser felices. Se trata de la ‘cherofobia’, la cual consiste en la aversión o la evitación de ese sentimiento.

En otras palabras, los cherofóbicos asocian “el ser feliz” con elementos que “los hacen sentir mal”.

“Hasta la felicidad puede asociarse a sentimientos negativos o a pensamientos irracionales que te ‘obligan’ a alejarte de ella”, reflexiona Aída Rubio, coordinadora del equipo de psicólogos de TherapyChat, al diario electrónico español ABC.

Asimismo, según los expertos, la cherofobia se basa en la premisa de que “la felicidad nunca es permanente” y que cuando se vaya, dejará un sentimiento de dolor y frustración inevitable. Por ese motivo, algunas personas tratan de evitarla.

“Quienes sufren esta fobia, tienen la tendencia a anticipar que algo malo pasará después de sentirse felices”, reafirma la psicóloga Estefanía Amengual al diario electrónico El Mundo.

Debido a lo anterior, tratan de evitar las posibles consecuencias negativas que trae consigo la felicidad. Por eso muchas personas prefieren mantenerse al margen de todo aquello que pueda proporcionarles placer y diversión.

Por ejemplo, “hay personas que no se sienten capaces de superar una ruptura amorosa y prefieren no enamorarse a toda costa, de forma que renuncian a la felicidad que podría provocarles una relación de pareja”, plantea la especialista.

Cabe señalar que según los expertos, es muy común que la cherofobia se manifieste “al final de los tratamientos psicológicos de forma notoria y al principio de estos de manera más velada”.

Contexto | Pexels
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¿Cuáles son sus causas?

Tal y como ocurre con la mayoría de fenómenos psicológicos, no existe una sola causa específica que la provoque.

“Uno de las motivos que se han planteado para algunos de estos casos de cherofobia, tiene que ver con la presión que existe hoy en día, a la hora de prácticamente obligar a todo el mundo a ser feliz, todo el tiempo, como si formara parte de su trabajo y de sus responsabilidades“, detalla el sitio especializado Psicología y Mente.

De ese modo, sentir el vínculo entre la felicidad y las obligaciones, en ciertos casos puede derivar en esta aversión.

Como se mencionaba anteriormente, una de las hipótesis más estudiadas, tiene relación con la idea de que las personas sienten miedo de que su felicidad se desmorone.

“El sentimiento de pérdida que se derivaría de esto es anticipado y genera tanto malestar que se renuncia por completo a la pretensión de ser feliz, incluso evitando caer en este estado por casualidad”, indican.

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¿Hay tratamiento?

De acuerdo a los expertos, algunos de los tratamientos que pueden funcionar en estos casos, son el uso de técnicas de relajación y la exposición de los pacientes a aquellas actividades que les provocan la felicidad.

“Cualquier tratamiento destinado a ayudar a un cherofóbico pasa por trabajar en las creencias que la persona tiene sobre la felicidad, poniéndolas a prueba mediante una técnica llamada ‘reestructuración cognitiva’“, agrega Amengual.

El objetivo de esa técnica, es encontrar pensamientos alternativos más racionales que se ajusten a la realidad, y también “moldear su intolerancia al sufrimiento” a través de la gestión emocional.

Finalmente, la psicóloga española Encarni Muñoz destaca que la clave está en “disfrutar más de las cosas del presente y no tanto del futuro”, el cual es incierto.

“Perder lo que se tiene, que los buenos momentos acaben, es un proceso natural y hay que aceptarlo mientras se disfruta de ello el máximo tiempo posible“, concluye la especialista.