Ha pasado tiempo desde la promulgación de la Ley de Tenencia Responsable, creada por la Subsecretaría de Desarrollo Regional (Subdere) y, desde entonces, la normativa ha servido para esclarecer diversas interrogantes respecto a cómo tener a los animales dentro de casa, como a su vez, conocer cuáles son las penas si se incumple algún punto.

Sin embargo, esta ley ha sido criticada en diversas oportunidades, siendo uno de los aspectos que más polémica generó, la especificación de “razas peligrosas” o también conocidas como Perros Potencialmente Peligrosos (PPP).

Dentro de la ley se contemplan al menos 9 razas de perros que, según especifican, tienen características genéticas para ser considerados peligrosos.

En la redacción de esta ley, se encuentra el Dogo Argentino, el Fila brasilero y el Bullmastiff, especifica la publicación oficial de la Subdere. 

El Director de la Carrera de Medicina Veterinaria de la Universidad de Las Américas, sede Viña del Mar, Francisco Arias, menciona a Página 7 que en nuestro país, la denominación de razas potencialmente peligrosas se vincula a la “potencia de las mordidas, el diámetro de cabeza, musculatura y tamaño”.

Comenta a su vez que “si un ejemplar de dichas razas llegase a morder, produciría un daño mayor al que pudiese ocurrir con un perro de tamaño menor”.

Un aspecto importante a considerar es que “cualquier cruza entre estas razas o perros mestizos que cumplan con los atributos mencionados, también podrían catalogarse como un canino potencialmente peligroso y por lo mismo la normativa nos obliga a pasearlos con correa y bozal en la vía pública, tener cercos en la casa que impidan su fuga, entre otros requerimientos”, indica el profesional veterinario.

Si bien la legislación condiciona por raza y condición física a los canes potencialmente peligrosos, también hace énfasis en cómo debe contenerse al perro en espacios públicos, y lo que se debe cumplir, como el uso de bozal, arnés o collar con correa, y no puede ser llevado por menores de edad. Siempre debe ir en compañía de un adulto capaz de responder por el can.

Dentro de las recomendaciones que aparecen señaladas en la legislación, se habla del adiestramiento, por lo que, de por sí, es fundamental también tener en cuenta lo que implica ser propietario de una raza de este tipo y la dedicación que requiere para evitar que el can pase a ser un perro de difícil trato o, en el peor de los casos, un perro que tenga tendencia a atacar frente a la más mínima amenaza.

La raza no es el único factor predominante dentro de la personalidad del canino, sino también la crianza, la vida que se le otorgue y, por supuesto, las experiencias que el animal tenga a lo largo de su vida.

Cómo darle una crianza adecuada a tu leal compañero canino

Christian Valero, adiestrador canino en Christian Dogs (@christian_dogs) y conocedor de las mencionadas razas peligrosas, comenta que la genética es el único factor que no se puede cambiar del perro, sin embargo, las conductas pueden modificarse a través de la enseñanza y, por supuesto, la vida que lleve el canino.

Como sociedad hemos sido partícipe de que este tipo de razas adopten conductas violentas; principalmente porque, al momento de recibir a un nuevo integrante que tiene características físicas y genéticas reconocidas como de raza grande y con temperamento fuerte, no adaptamos esas advertencias al tipo de vida que se le debiese dar para no generar un ambiente hostil y tenso, que podría arrastrar al perro a tener experiencias negativas que lo lleven a protagonizar reacciones adversas y, de esta misma forma, generen estrés y ansiedad para el can.

Por otro lado, no se debe olvidar lo fundamental que es para los cachorros el vínculo con su madre, por lo que no es recomendable generar el desapego de manera tan abrupta, principalmente porque es esa madre la que comienza a establecer conductas reglamentarias en sus propios parámetros.

Herramientas para una buena crianza

El profesional en enseñanza y obediencia canina es enfático en señalar que las herramientas no son las que hacen al perro, sin embargo, menciona que “la mejor herramienta para mí, se fundamenta en la construcción de un buen vínculo, basado en respeto, admiración y trabajo en equipo”, y hace hincapié en que con “la comunicación adecuada se logran grandes cosas”. 

Para que el perro logre la obediencia que como dueños requerimos, Christian insiste en que esto se consigue con una buena gestión emocional y funcionalidad y, por ende, la conducta del animal también va ligada a nosotros como propietarios de una raza potente.

Sin embargo, a pesar de que la primera herramienta es fundamental, Valero señala que se necesitan ciertas “herramientas que brinden seguridad en el manejo del can, pero que, sí o sí deben ser evaluadas y consideradas con fundamento por un profesional”. 

Una vida adecuada para los canes de casa

El profesional del adiestramiento canino comenta que para poder darle una vida adecuada a un can, lo primero es no comprar una raza “a la cual no se le va a dar lo necesario para lo que fue creado, las personas compran perros por comprar, los criaderos venden perros por vender”. 

Se debe tener en cuenta que “todo perro tiene necesidades distintas por raza, temperamento, carácter y genética, es importante saberlo”, indica.

Es fundamental que se tenga este tipo de perros en hogares adecuados, en lugares donde realmente se les pueda dar lo que requieren y, por ende, es importante “darle trabajo y actividades”, porque realmente lo necesitan, y así adaptar la rutina propia para poder otorgarle “rutinas de ejercicios, paseos, socialización, exploración, retos, estrategias”. 

Christian, finalmente, afirma que “una mente ocupada no acepta distracciones, un perro que trabaja es un perro feliz”.