Todos hemos escuchado la mítica frase “se llevan como perros y gatos”. Esta es una histórica rivalidad que durante años se cultivó en el inconsciente colectivo y que la ciencia ha tratado de resolver.

En ese contexto, el profesor Juan Enrique Romero, médico veterinario especialista en Educación Universitaria, en conversación con Infobae, entregó algunos detalles de por qué ambos tenderían a pelear.

Los perros tienen un impulso para la persecución, el instinto de presa, que hace que instintivamente persigan a cualquier cosa que corra. Los gatos son corredores expertos por supervivencia”, comenzó detallando el especialista.

Debido a esto, el movimiento de un felino aumentaría la tendencia a que un can se le pase por la mente hostigarlo.

Aunque ciertos perros no se levantarían para correr tras un gato, ya que algunos de mayor edad y otros con personalidades de bajo perfil, declinarían a este actuar prefiriendo descansar.

“Mientras el impulso para perseguir sigue vivo en los perros actuales, el impulso siguiente, que es el de matar a la presa, se ha extinguido en gran parte”, señaló el experto.

Además, Romero agregó que “a los perros les gusta perseguir a los gatos. Pero una vez que los tienen arrinconados, se olvidan para qué los querían perseguir en una primera instancia”.

En ese sentido, es mucho más común ver como ambas especies pueden coexistir en un hogar, aclara el docente, siendo importante la enseñanza que entregue el dueño de las mascotas.

“Aquellos perros que han sido criados con gatos desde cachorros generalmente saben que los gatos son simplemente un hecho del entorno, inclusive hasta un compañero y es muchísimo menos probable que los persigan”, agregó al citado medio.

Cabe destacar que la raza de los canes también es un factor importante en este análisis. “Los perros que han sido criados para cazar, para ser guardianes o para trabajar con otros animales, tales como retrievers, rottweilers, y border collies, están entre los perseguidores de gatos más incorregibles. También lo son los perros con un alto nivel de energía como los terriers y dálmatas”, detalló.

“Los menos propensos a perseguir gatos (o cualquier otra cosa) incluyen a los basset hounds, montaña del pirineo y terranova. La eterna historia de llevarse como perro y gato parece que tiene un costado verdadero con algunas salvedades a tener en cuenta”, concluyó el médico veterinario.