El 25 de marzo de 1975 es una fecha que está escrita con fuego en la localidad de Kensington, Maryland, en Estados Unidos. Una zona residencial, de familias, que vivió la desaparición de dos menores de edad que nunca regresaron a su casa.

Esta es la historia de Katherine y Sheila Lyon, de 10 y 12 años respectivamente. Aquel día, su madre les dio permiso para ir a un centro comercial para verse con unas amigas.

La distancia no era tan lejana, unos 20 minutos caminando. Y como se verían con unas amigas del barrio, no tuvieron objeción al salir. Dejaron su casa en la mañana, y se suponía que regresarían a las 16 horas. Sin embargo, jamás volvieron.

El caso se convirtió en uno controversial en la época, sobre todo para Estados Unidos que se destacaba por ser un país seguro: “Se convirtió en un evento clave para miles de personas a las que convenció de que el mundo ya no era tan seguro como creían”, escribió The Washington Post en su momento.

Pero, ¿qué fue lo que pasó? A más de 40 años del caso, aún no hay respuestas claras. La investigación arrojó que las hermanas efectivamente llegaron al Wheaton Plaza, donde fueron vistas por varios testigos y amigos.

De hecho, el hermano mayor de Katherine y Sheila las vio aquel día, pese a que no se mantuvo con ellas. Esto ocurrió cerca de las 15:00 horas, y a las 16 su mamá las esperaría. Según uno de los cercanos a las niñas, las vio saliendo del centro comercial en ruta a su hogar.

Mary Lyon estuvo aguardando a que llegaran, y como no lo hacían, a las 19 horas hizo la denuncia que inició la investigación. Se presume que en el trayecto fueron raptadas, pero ningún vecino vio algo llamativo, por lo que todo debió haber ocurrido en segundos.

Desde ese momento se inició un proceso de búsqueda que no rindió frutos. Uno de los testimonios que dio pistas fue el de un niño que vio a las hermanas conversando con un hombre alto y de pelo largo.

Fue así como apareció siete días después de la desaparición el nombre de Lloyd Welch, un hombre que aseguró tener información del caso. Al final, el tipo dio una declaración que resultó ser falsa, por lo que no fue considerado más en la investigación.

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Casi 40 años sin pistas

La búsqueda de las menores de edad no llegó a ningún puerto, por lo que terminó siendo cerrada por casi cuatro décadas, ya que varios de los detectives se retiraron. Recién en 2013, el sargento Chris Homrock decidió reabrir el caso, ya que no podía entender cómo podían haber desaparecido sin dejar rastros.

Al hacerlo, llamó nuevamente a Welch, que terminó siendo apuntado como el principal sospechoso del crimen. De hecho, en diciembre de 2014 el primo de éste, Henry Parker, confesó que en 1974 lo ayudó a guardar dos bolsas que “tenían olor a muerte” y cubiertas de manchas rojas.

Sumado a estos antecedentes, Welch tenía condenas por violación y abuso de menores, por lo que todo apuntaba a que él era el responsable. Recién en 2015 fue acusado de secuestro y homicidio grave en primer grado por su presunta participación en las muertes de Katherine y Sheila Lyon.

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En septiembre de 2017 este sujeto se declaró culpable de estos cargos, asumiendo que él tramó todo, por lo que recibió dos sentencias de 48 años, que actualmente cumple.

Cabe mencionar que nunca se encontró una prueba determinante en contra de Welch. Se presume que se echó la culpa por un crimen que cometió su padre y su tío en la década del 70.

Aquel relato decía que vio cómo ambos se deshacían de los cuerpos de las menores. El inconveniente es que ambos están muertos, por lo que jamás se podrá saber su versión. De hecho, en 2015 encontraron restos de sangre en la casa de los Welch, pero no se pudo identificar su ADN.

¿Qué habrá pasado realmente con las hermanas Lyon? ¿Habrá sido Lloyd Welch el verdadero culpable?