La pandemia del COVID-19 ha generado un cambio en la educación, siendo las clases virtuales una de las principales herramientas de aprendizaje.

Esto ha generado un enorme desafío para las familias en Chile, puesto que debido a la diversa geografía de nuestro país, hay muchos estudiantes que tiene dificultades para conectarse a Internet.

Esto denunció Verónica Azola, quien subió a sus redes sociales la historia de sus hijos Andry y Manuel (de 13 y 10 años, respectivamente). Y es que ambos deben subir todos los días a los pies del Cerro Negro, a unos 40 minutos de Vicuña, región de Coquimbo, para participar de las clases remotas.

Entre los estudios y labores de pastoreo, ambos intentan aprender pese a las dificultades. “Es difícil traer las cosas para acá, porque la conexión es mala, el sol es fuerte, uno pasa acá sentado estudiando y cuesta. Este es el único lugar donde agarra la señal, en el computador o en el celular”, relató el hermano mayor al Diario La Región.

En el citado medio comentaron cómo es su rutina diaria. Cada mañana juntan todos sus materiales en una carretilla, suben hasta un pasaje que queda en lo más alto de un cerro, a 50 metros de la casa.

8:30 en punto comienzan sus clases hasta las 14:00 horas, aunque los pequeños confiesan que la conexión empieza a fallar desde las 11 de la mañana.

Pese a que a los hermanos se les entregó un módem con su respectivo computador, debido a la cantidad de cerros que rodean el sector, la señal no es estable, pasándoles la cuenta varias oportunidades.

Debido a esta denuncia, el alcalde de la comuna, Rafael Vera, se comprometió a ayudarlos. “Nosotros ya lo conversamos con sus padres y vamos a colaborar, vamos a buscar una empresa que les pueda entregar el internet que ellos se merecen, pero es notable lo que hace su madre, en términos de entregarles herramientas a los chiquillos”, dijo la autoridad al citado medio.

Mientras tanto, Verónica señaló estar agradecida por el apoyo que ha recibido en las redes sociales. “Igual ellos de chiquitos han estado en el cerro, su estilo de vida es así y se acostumbraron, pero extrañan a sus profesores y a sus compañeros. Ellos bailan cueca, son bien participativos. Eso sí, nunca pensé que por subir esa foto iba a pasar todo esto, y tan rápido”, destacó.