En agosto pasado, un informe de la Universidad de Harvard aseguraba que los niños, incluidos los más pequeños, podrían desarrollar COVID-19. “Muchos de ellos (niños y niñas) no presentan síntomas. Aquellos que se enferman tienden a experimentar síntomas más leves, como fiebre baja, fatiga y tos. Algunos niños han tenido complicaciones graves, pero esto ha sido menos común”, añadía el documento.

Entre el primer día de marzo del año pasado, y hasta el 25 de julio, el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) señaló que la tasa acumulada de hospitalización pediátrica por coronavirus en el país fue de 8 por 100.000 habitantes.

Si bien esa medición es baja en comparación con la de los adultos, y a pesar de que muchos infantes son asintomáticos, no significa que su salud o la de quienes los rodean no esté en riesgo. Y es que además se han reportado casos de Síndrome Inflamatorio Multisistémico (PIMS, por su sigla en inglés), una enfermedad que presenta síntomas como fiebre, dolor abdominal, erupciones en la piel y diarrea, y que a finales de enero cobró la vida de Emilio Rocha, de solo 16 años.

Según Futuro360, las farmacéuticas realizaron ensayos clínicos para evaluar la eficacia de sus vacunas en adultos, y no se incluyeron menores de 16 años. Esto provoca que las niñas y niños aún no se pueden inmunizar.

Es poco probable que podamos obtener protección comunitaria sin vacunar a los niños. Este es el eje para que todo vuelva a la normalidad”, comentó la Dra. Sarah Long, profesora de pediatría de la Universidad de Drexel.

Contexto | Agencia UNO
Contexto | Agencia UNO

Es por ello que ocho farmacéuticas ya se encuentran realizando estudios y modificaciones de dosis para probar su eficacia en este grupo etario.

Ana Clara en Brasil

Ana Clara Macedo dos Santos, de 13 años, murió el pasado 24 de febrero. Aunque tenía grandes expectativas por volver a clases, el año escolar se convirtió en una enorme tragedia para su familia.

El medio brasileño Globo publicó su historia, contando que cuando la niña regresó de su jornada escolar la última semana de febrero, presentó molestias asociadas al COVID-19. Su salud se derrumbó en cosa de horas.

Cursaba octavo básico en la Escuela Rachel de Queiroz, en Sao Paulo. Maestros y compañeros de estudios quedaron realmente consternados por la noticia de su partida.

Aunque un examen PCR dio negativo en su momento, el parte médico de su deceso afirma que la causa de muerte fue el coronavirus. Por eso, el Departamento de Vigilancia de la Salud, en Campinas, investiga ahora un posible error en el test, pues no advirtió la presencia de la enfermedad.

Paulo Cesar Nunes dos Santos, padre de Ana Clara, difundió una fotografía de su hija con alas de ángel a través de redes sociales. Además, compartió registros de los momentos más felices de la niña en Río de Janeiro y otros lugares que conoció antes de contagiarse y perder la vida.

“Ángel del cielo, que hoy es parte del ejército de ángeles del Señor. Gracias, Padre, por darnos el privilegio de ser padres, incluso en tan poco tiempo. Pero ese poco tiempo fue de mucha felicidad. Alabado sea Dios”, redactó el hombre.

Makenzie en Estados Unidos

En Texas se reportó un caso similar al de Ana Clara. Makenzie Gongora murió por el SARS-CoV-2, según consignó el sitio norteamericano Today. La niña de 9 años había asistido a sus clases de forma regular. Ahí se presume que pudo enfermarse.

“El viernes 29 de enero, Makenzie dio positivo en coronavirus después de tener un fuerte dolor de cabeza con vómitos”, relató su tía, Vikkie Southworth. “Parecía que se iba recuperando durante el fin de semana, con oleadas de síntomas que iban y venían. Sin embargo, nuestra hermosa niña falleció el martes mientras dormía“, añadió.

Su madre la llevó al Centro Médico Brooke Army, donde le hicieron el test PCR, una prueba de estreptococos y una prueba de gripe el mismo día. Las dos últimas dieron negativo, pero el examen COVID advirtió el contagio.

“Kenzie no tenía problemas respiratorios. Los médicos le dijeron a mi cuñada que la llevara a casa y la pusiera cómoda, que controlara la fiebre y que si los síntomas empeoraran, la llevara de vuelta al hospital. No tenía dificultad para respirar ni nada de eso“, explicó también la tía.

Sin embargo, la pequeña fue encontrada sin vida horas después de que su mamá la dejara durmiendo en la cama. Tenía una hermana menor, Sophia, con quien era inseparable.

Su padre, Nathan Gongora, es militar en Estados Unidos, y estaba de cumpleaños el mismo día en que su hija falleció, el 2 de febrero.