Durante la noche del 14 y madrugada del 15 de abril de 1912, ocurrió uno de los mayores naufragios de la historia: el hundimiento del Titanic, el trasatlántico más grande y lujoso de su tiempo en su primer viaje.
El 10 de abril abandonó el puerto de Southampton (Inglaterra), para luego hacer escala en Cherburgo (Francia) y continuar hasta Nueva York. El barco británico llevaba más de 2.200 pasajeros a bordo y navegaba por el Atlántico Norte, cuando inesperadamente chocó contra un iceberg frente a las costas de Terranova.
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El impacto fue de tal magnitud, que la gigantesca nave de casi 270 metros de largo, nueve cubiertas y más de 1.000 toneladas de peso comenzó a hundirse. ¿El resultado? Más de 1.500 personas perdieron la vida, por lo que es considerado uno de los peores desastres marítimos en tiempos de paz.
Debido a las obsoletas medidas de seguridad de la época, portaba con botes salvavidas solo para la mitad de los pasajeros y la tripulación.
Una historia llena de mitos y leyendas, y que ganó aún más popularidad gracias a la película de 1997, escrita por James Cameron y protagonizada por Leonardo DiCaprio y Kate Winslet.
Sin embargo, en esta tragedia hubo una acción heroica que en Página 7 quisimos recordar: el transatlántico británico RMS Carpathia atracó en Nueva York con más de 700 sobrevivientes, cuatro días después del naufragio.
¿Cómo fue posible?
De acuerdo a BBC News Mundo, “una nueva red de operadores inalámbricos en barcos y estaciones terrestres se comunicaron frenéticamente entre sí a través de las extensiones del Atlántico Norte”.
Durante horas los operadores del Titanic, Jack Phillips y Harold Bride, enviaron un flujo de señales de socorro y mensajes (CQD y SOS) a través de telégrafo que fueron recogidos por otros buques.
“Nos chocamos con un iceberg y nos estamos hundiendo” o “estamos poniendo a los pasajeros en botes pequeños. Mujeres y niños en botes. No podemos durar mucho más. Perdiendo energía”, eran parte de los avisos.
“Los mensajes causaron consternación e incredulidad. Las naves respondían tratando de comprender lo que estaba sucediendo, y luego reenviaban con urgencia las señales de socorro con la esperanza de que alguien estuviera lo suficientemente cerca para ayudar”, agregó el citado medio.
Rescate
El RMS Carpathia, un trasatlántico sin comodidades diseñado para transportar inmigrantes del este de Europa y ciudadanos de clase media, fue uno de los barcos que escuchó los pedidos de ayuda.
Aquello ocurrió la madrugada del 15 de abril, mientras el buque realizaba otro de sus viajes rutinarios desde Nueva York a Rijeka, Croacia. Inmediatamente, el capitán Arthur Rostron ordenó el cambio de rumbo hacia las coordenadas que le habían facilitado.
El buque recibió la alerta a las 00:25, navegó a máxima velocidad y pudo llegar a la zona sobre las 4 de la madrugada, con el malogrado barco ya hundido. Estaba a unas 58 millas de distancia del lugar de la emergencia.
“Como era necesario llegar cuanto antes, (Rostron) limitó el uso de la energía para que toda ella se destinase a los motores. Cortó por ello el agua caliente y disminuyó la iluminación del barco al mínimo”, dijo a ABC Nacho Montero, coautor (junto a Javier Reyero y Cristina Mosquera) de Los diez del Titanic.
“La tripulación del Carpathia logró rescatar a 706 personas y, además, subió a bordo 13 de los botes salvavidas. Esto porque Rostron ordenó que se retiraran todos los botes del agua para evitar la pérdida de tiempo de otros posibles buques en las labores de rescate”, agregó el también periodista.
La nave llegó al puerto de Nueva York el 18 de abril con los sobrevivientes, en medio de una multitud de personas y una gran expectación periodística.
Mismo final
El buque continuó en servicio hasta que fue movilizado para el traslado de tropas entre Estados Unidos y Europa durante la Primera Guerra Mundial.
“El 17 julio de 1918, tres torpedos lanzados desde el submarino alemán U-55 lo hundieron, mientras hacía funciones de buque de transporte entre Liverpool y Boston”, contó Montero. De las 280 personas que estaban a bordo, solo 5 murieron.
Así, seis años después de aquella gesta, el Carpathia tuvo el mismo final que el buque al que socorrió heroicamente, proeza que lamentablemente terminó eclipsada por la magnitud del desastre.
