Una gran sorpresa se llevó Katy Bannerman, joven madre y protagonista de esta historia, luego que descubriera que tenía más de 234 litros almacenados de leche materna. Ante tan gran cantidad, tomó la decisión de donarlo a quienes no pueden dar de lactar.

Oriunda de Carolina del Norte, vive con sus dos hijos pequeños, comenzó a guardar bolsas de leche materna durante la pandemia del COVID-19, pensando en ayudar a las mamás que enfrentaban dificultades.

En entrevista con CNN, Katy comentó: “Estaba tan contenta de poder donar. En un momento dado, tenía personas constantes a las que donaba, que venían todas las semanas”.

“Ese era el tipo de persona que quería que la recibiera (la leche). Alguien que hubiera tenido problemas con la lactancia por una u otra razón”, continuó declarando.

Cuando Bannerman tuvo su primer hijo, sufrió problemas de lactancia en un inicio (solo logró amamantar durante dos meses señala el citado medio), y en su segundo embarazo, buscó ayuda de un asesor privado.

No pude amamantar como quería y eso me afectó de manera horrible (…) Esa es otra razón por la que donar era tan importante para mí, que las mujeres podían cuidarse a sí mismas y cuidar a sus bebés sin esa culpa”, confesó sobre su proceso de superación.

Es así que empezó en grupos locales de Facebook sobre lactancia materna y amamantamiento, ayudando a decenas de mujeres que lo necesitaban.

Este éxito la llevó a que en cuarentena entregó los excedentes de leche materna en octubre, siendo diciembre pasado el último mes que donó suministro.