La psicóloga clínica analizó el fenómeno de las fiestas clandestinas en nuestro país y las razones que explican este comportamiento en personas de distintas clases sociales, que sabiendo las consecuencias, se arriesgan igual a contagiarse ellos y a los demás.

Impacto a nivel nacional han causado diversas reuniones sociales realizadas durante la pandemia, incumpliendo por completo las normas sanitarias.

Y no solo fiestas, sino que también eventos deportivos, encuentros religiosas o casamientos, lo que ha provocado la intervención de Carabineros.

De acuerdo a lo informado por la institución, desde el 19 de marzo se han detectado 211 eventos no autorizados con un total de 2794 detenidos y, solo durante la última semana, fueron 308 los aprehendidos por asistir a fiestas clandestinas.

La guinda de la torta fue lo ocurrido en Cachagua, comuna de Zapallar, donde la polémica fiesta de jóvenes dejó, por el momento, cerca de 40 contagiados y 100 contactos estrechos. Situación que fue noticia incluso en medios internacionales.

Razones

¿Cómo se explica este comportamiento? Javiera de la Plaza comenta a Página 7 que “hay un cansancio con respecto a la pandemia, al encierro. Si a los adultos nos cuesta, a los jóvenes les cuesta todavía mucho más”.

“Ellos todavía no están maduros en términos de procesar que aún se debe esperar para poder salir y estar con otras personas”, agrega.

La psicóloga también hace hincapié en el modelaje. “Si en tu casa tus padres te dicen una cosa pero hacen otra, andan consiguiendo permisos truchos para salir, pasan a llevar reglas que son básicas para cuidarse ellos y a los demás, lo más probable es que los hijos también imiten ese tipo de conductas”.

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Otra de las razones para la autora de La inteligencia asertiva es el exacerbado clasismo que existe en nuestro país.

“Las personas de nivel social alto todavía siguen creyendo que son primus inter pares, concepto en psicología que te hace pensar que eres diferente, que si te enfermas te vas a salvar porque has vivido toda tu vida en otra clase social. Y si es muy grave, te vas a una clínica privada y se te va a pasar”, dice.

Autocuidado y empatía

Para la especialista en asertividad, el autocuidado y la empatía son dos conceptos clave a la hora de entender el fenómeno y, que a la vez, se dicen mucho pero no se explican de manera adecuada a la población.

“Cuando las figuras públicas aparecen en los medios hablando de autocuidado, empatía, cuidarse uno para cuidar a los demás, son palabras que muchas veces caen en el vacío. La gente muchas veces no sabe lo que son”, apunta.

En ese sentido, la autora nacional señala que “el autocuidado abarca muchas áreas de la vida. Es el quererse, querer a otra persona, tener higiene del sueño, de las actividades que hacemos en la vida, los pensamientos”.

“Que lo que estoy haciendo ahora, aunque no sea tan entretenido o adrenalínico, realmente va a dar un resultado que influye en una sociedad mejor”, añade.

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Mientras que la empatía guarda relación con ponerse efectivamente en el lugar de los demás. “Cuando una persona se está mirando el ombligo, queriendo cumplir su circuito de placer rápidamente, cuando está pensando en las actividades que le gusta, en este caso las fiestas, no está pensando en lo que le pasa a las otras personas”, aclara la especialista a nuestro medio.

Educación

Según Javiera de la Plaza, nadie está educando a la población sobre estos temas. “Todos nos estamos autoeducando de alguna manera, haciendo lo que cada uno piensa y las palabras que tienen que ver con psicología y autocuidado nadie las explica”.

“Entonces la gente no lo sabe, pero después se le pide autocuidado. La idea es que alguien nos enseñe a vivir de la manera que se dice teóricamente”, complementa.

Si bien es cierto el Gobierno ha puesto una plataforma donde se trata a personas psicológicamente, lo que la experta celebra, “eso es cuando ya estás fundido, cuando tienes alguna sintomatología”, indica.

Finalmente, la psicóloga aprovecha de lanzar una crítica a los medios de comunicación: “No se hace la bajada práctica de lo que es, por ejemplo, el autocuidado, poner ejemplos de empatía, resiliencia, trabajo de los impulsos. Es súper importante que lo hagan por la llegada que tienen”, cierra.