Ir de compras puede resultar un panorama entretenido para muchos, pero existen personas que ven su vida arruinada por este simple hábito. Estos son los que sufren de un trastorno que pocos reconocen, denominado oniomanía.

Dicha condición también se conoce como trastorno de compra compulsiva, y se caracteriza por el deseo desenfrenado de comprar sin una necesidad real.

De hecho, si nos vamos al cine, hay películas que han retratado la oniomanía, como ocurre con Confessions of a Shopaholic o, en español, Loca por las Compras, donde Isla Fisher interpreta a Rebecca Bloomwood, una periodista de Nueva York adicta a las compras.

Loca por las Compras
Loca por las Compras

¿Por qué sucede esto? De acuerdo a la psicóloga Alba Palazón, esta práctica esconde problemas emocionales ligados a la tristeza, la angustia y ansiedad.

“Nunca logran sentirse totalmente satisfechas cuando adquieren ese bien innecesario; se genera un bucle de compra donde cada vez se busca algo más costoso, más inalcanzable. Se busca llenar un vacío emocional y por medio de una compra se alivia un poco ese dolor“, sostuvo la especialista, en declaraciones que recoge el medio español Consumer.

¿Existe un perfil de los compradores compulsivos? Según la doctora Sandra Farrera, estas personas “presenta una sintomatología ansiosa, bajo estado de ánimo, poco autocontrol o baja tolerancia a la frustración. Suelen ser personas que padecen trastorno bipolar o trastorno límite de la personalidad”, argumentó.

Consejos para evitar compras compulsivas

Si bien no existe una fórmula mágica para acabar de raíz con este problema, sí existen algunos consejos que pueden ayudar a controlar este deseo impulsivo. Es fundamental hacerse las siguientes cuatro preguntas:

¿Podría vivir sin ese producto?
¿Cómo me sentiré dentro de cinco días si compro dicho producto?
¿Tengo dinero suficiente para pagar esa compra?
¿A qué podría destinar ese dinero si lo guardo para otro fin?

FOTO | mytalk1071.com
FOTO | mytalk1071.com

Asimismo, los especialistas, de acuerdo a lo mencionado en el citado medio, recomiendan aplicar la técnica de los 10 minutos, tiempo en el cual se puede valorar con calma si la compra es necesaria o no.

Por último, es fundamental tener claro que no hay que comprar para satisfacer una necesidad o un bajo estado de ánimo. En tanto que en los más jóvenes, es vital que los padres estén pendientes a los gastos en que incurren sus hijos.